A la subida de costes en energía y lubricantes se suma la preocupación por los precios del agua

Los profesionales del sector agrario aseguran que cada vez les resulta más caro desarrollar su actividad y parece que el panorama tiende a ponerse algo más negro pues el Gobierno planea subir las tarifas eléctricas para riego de cara al próximo verano, al igual que los precios del agua. Hoy por hoy los principales incrementos de costes para el agricultor y el ganadero corresponden a la energía y a los lubricantes.

Los departamentos de Economía de las organizaciones agrarias trabajan para calcular el futuro incremento de los costes en estos capítulos y denuncian que las nuevas subidas provocarán una mayor pérdida de rentabilidad a un sector que ya está »muy castigado» de por sí.

Uno de los mayores aumentos de los costes para el profesional agrario corresponderá al precio del agua. De hecho, la denominada “Tasa por prestación de servicios de gestión, registro, control e inspección de los usos del agua”, que incorpora el borrador de reforma de la Ley de Aguas en su artículo 114 Bis, supondrá un coste anual de más de 30 millones de euros para el regadío español durante el primer año, según advierten desde la Federación Nacional de Regantes, Fenacore.

Su presidente, Andrés del Campo, denuncia que la denominación de esta nueva tasa no es más que un “eufemismo” para rescatar “de forma encubierta” las modificaciones del régimen económico-financiero de la Ley de Aguas —anunciadas hace más de dos años— relacionadas con la fijación de un sistema de precios y el establecimiento de un nuevo canon —la controvertida “ecotasa”— que el Gobierno se comprometió a no aplicar hasta 2010, tal como establece la Directiva Marco de Aguas.

La subida de las tarifas eléctricas para riego también tiene muy preocupado al sector. Aunque de momento se ha conseguido un aplazamiento hasta el mes de julio, el Real Decreto 809/2006, establece una revisión al alza de la tarifa eléctrica que emplean los regantes y dispone, además, la desaparición, a partir de 2007, de las tarifas específicas de riegos de alta y baja tensión que aplican actualmente los regantes y que suponen un ahorro importante del orden del 400 por ciento en términos de potencia instalada. En la actualidad, el 25 por ciento del regadío español tiene contratadas tarifas de baja tensión.

ASAJA

Las protestas de las organizaciones agrarias son continuas, en este sentido. Desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, ASAJA, lamentan que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, pretenda aumentar los costes a los agricultores con una subida del precio de dos elementos esenciales para el trabajo diario del sector: el agua y la electricidad.

»Esta subida provocaría una mayor pérdida de rentabilidad al
castigado sector agrícola, que vive inmerso en una importante crisis de precios que está motivando el abandono de la actividad», denuncian sus portavoces.

ASAJA recuerda que la agricultura es una fuente de riqueza importante para todo el país, ya que genera empleo y proporciona cifras positivas para la balanza comercial, por lo que invita al Gobierno a reflexionar sobre las medidas que tiene previstas con respecto a la agricultura.

»Castigar más a este sector no solucionará los problemas medioambientales que tiene este país», confirman.

Por su parte, el Departamento de Economía Agraria de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, (COAG), ha realizado un análisis de los datos de costes basados en las cifras macroeconómicas de consumos intermedios publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su primera Estimación de Macromagnitudes Agrarias en 2006.

Según constata COAG, dicho informe desvela que los consumos que engloban el conjunto de costes necesarios para realizar la actividad agrícola y ganadera alcanzaron los 15.044,8 millones de euros, lo que supone un incremento en valor del 4,1 por ciento respecto a la media
de los últimos cinco años (2001-2005).

Uno de los capítulos de costes que más han aumentado es el de energía y lubricantes (25 por ciento respecto al mismo periodo 2001-2005), aumento motivado por la subida de los precios de los carburantes acontecido en los dos últimos años.

Este capítulo representa el 4,2 por ciento de los consumos intermedios, y se sitúa en el año 2006 en 1.511 millones de euros, lo que supone una subida de 93,5 millones de euros (6,6 por ciento respecto al año anterior).

Piensos

Sin embargo, debido al leve descenso del precio (-1,4 por ciento) y al mantenimiento de la cantidad, el capítulo de piensos ha descendido un -1,4 por ciento en valor. A pesar de ello, hay que destacar que dicho apartado ha sufrido un leve incremento del uno por ciento respecto a la media del periodo 2001-2005. Hay que tener en cuenta que este coste representa un 45 por ciento del total de consumos intermedios.

Cabe destacar también el mantenimiento de edificios y de materiales,
que han subido un 18 por ciento y 11,5 por ciento respectivamente respecto al periodo 2001-04. De igual forma, otros capítulos también han sufrido incrementos considerables respecto al mismo período, como ocurre con los de gastos veterinarios (11 por ciento) y bienes y servicios (10,6 por ciento).

UPA

Desde el Departamento de Economía de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se destacan los costes en fertilizantes y gasóleos además de la subida que tendrán las tarifas eléctricas, como los incrementos económicos más significativos para el profesional agrario.

La organización agraria calcula, teniendo en cuenta el incremento de los costes en fertilizante y gasóleo que la subida para una hectárea de cereal de secano sería de 35,5 euros (21,85 de fertilizantes y 13,20 de gasóleo); para remolacha, 81,94 (55,10 de fertilizante y 26,84 de gasóleo); de patata, 79,18 y una hectárea de maíz soportaría un incremento de 78,21 euros la hectárea.

Explotaciones »tipo»

Exportando estas cifras, calculadas a los costes de producción en explotaciones »tipo» UPA estima un incremento de 3.505 euros en una explotación de 100 hectáreas de cereal; de 1.583,60 euros en 20 hectáreas de patatas; y 2.571,90 euros, en 50 hectáreas de cereal y diez hectáreas de remolacha.

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