Barreda insinúa que el riesgo de conflicto se puede trasladar al Júcar

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, advirtió ayer que » a partir de ahora vamos a luchar todavía con más fuerza, con más gana y más energía», y a «elevar el tono de nuestras reivindicaciones cuenca a cuenca, río a río, palmo a palmo», mediante la defensa de los planes hidrológicos, actualmente en revisión y entre los que se encuentra el del Júcar.
«Castilla-La Mancha tiene 80.000 kilómetros cuadrados en el centro de la península y por ella transcurren los ríos más importantes, lo cual demuestra nuestra importancia estratégica estrategia. Eso es lo que ha cambiado ahora porque antes no existíamos y por lo tanto no había ninguna fuerza política que se articulara y organizara para defender nuestros intereses», declaró Barreda.
Las declaraciones de Jose María Barreda se producen en un momento delicado para el nuevo Plan Hidrológico del Júcar, del que Castilla-La Mancha cuestiona incluso la distribución territorial propuesta por el Gobierno Central con el objetivo de tener la mayoría territorial en la nueva Demarcación Hidrográfica del Júcar y mayor peso en sus órganos de decisión.

Riesgo «disipado»
El secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, aseguró ayer que con el anuncio de la convocatoria de un pleno de las Cortes castellano-manchegas para la retirada de su estatuto, queda «definitivamente disipado todo riesgo y peligro sobre la integridad, continuidad y mantenimiento del Trasvase Tajo-Segura».
Alarte reivindicó que desde hace más de un año, los socialistas valencianos han mantenido «con firmeza, rigor y seriedad» su «inamovible compromiso de defensa del Trasvase Tajo-Segura, de los intereses de los alicantinos y alicantinas y en defensa, en definitiva, del interés de la Comunitat Valenciana».
El PP resucita el trasvase del Ebro
El pleno de las Cortes valencianas aprobó ayer, con los únicos votos del PP, instar al Consell a «continuar realizando los esfuerzos necesarios para impedir que se establezca reserva hídrica alguna que no esté contemplada o legitimada en un Plan Hidrológico Nacional».
El texto, presentado por los populares, también emplaza al Gobierno a mantener el trasvase Tajo-Segura «conforme a las leyes que regulan en la actualidad esta transferencia hídrica» y a retomar y ejecutar el derogado trasvase del Ebro para la «consolidación de los usos implantados en las cuencas del Segura y del Júcar».
La oposición criticó la iniciativa del PP por «mezclar una serie de cuestiones de forma premeditada» e impedir así el consenso y propuso sacar la parte relativa al Tajo-Segura para llegar a un acuerdo. El diputado socialista Adolf Sanmartín rechazó el texto presentado por el PP por ser un «panfleto que mezcla toda una serie de cuestiones de forma premeditada» .

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