Castilla-La Mancha reclama su dominio sobre las aguas del Júcar

El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha ha remitido al presidente valenciano Francisco Camps y a las Corts Valencianes una resolución aprobada el pasado 18 de junio en la que arremeten contra la posición que mantiene la Generalitat respecto al Júcar, se hace una interesada «revisión» geográfica de los sistemas hídricos valencianos, negando que la Albufera se alimenta de las aguas del Júcar-aseguran que hay un «trasvase»-, y «lamentan» que los parlamentarios apoyaran que el Ayuntamiento de Albacete tenga que pagar a los usuarios valencianos por usar agua de Alarcón.
El texto remitido por Francisco José Pardo Piqueras es también toda una declaración de intenciones sobre la posición oficial de Castilla-La Mancha y su gobierno respecto del futuro Plan Hidrológico del Júcar.
El documento «insta» a la Generalitat a que asuma «con carácter inmediato» la gestión de las cuencas intracomunitarias porque ello «permitiría a Castilla-La Mancha tener el peso que le corresponde» en los órganos de gobierno de la demarcación del Júcar, «algo que intenta impedir la propia Generalitat» (sic).
«La irresponsabilidad y falta de actuación de la Generalitat en cuanto a la mejora y modernización de sus regadíos», añade la resolución, «perjudica» a Castilla-La Mancha. Sostienen sus parlamentarios que si no fueran por la supuesta pasividad de la Generalitat «en el Júcar se habrían ahorrado 240 hm3 de los que 120 estarían disponibles para Castilla-La Mancha», según las cuentas de los diputados.
La verdadera naturaleza de la reivindicación castellano-manchega sobre el Júcar se aprecia mejor en las «consideraciones» sobre el futuro plan hidrológico.
Exigen la delimitación del ámbito territorial excluyendo las que consideran cuencas «intracomunitarias» valencianas- y pide que se «reconozca» que los envíos de agua «de una cuenca hidrográfica a otra» son «trasvases». En este sentido, el escrito autoproclama como prioritario el abastecimiento urbano de Albacete por la vía de excluir a Valencia de la cuenca del Júcar.
«Los sobrantes, si los hubiera, -añade la resolución-podrán destinarse a atender las demandas, mediante trasvases internos, de los otros usos y demandas fuera de la cuenca hidrográfica…» y cita expresamente como trasvases que quedarían en derecho por detrás de Albacete el abastecimiento a Valencia o Sagunto, los riegos del canal Júcar-Túria «o incluso otros sistemas de explotación, como ocurre con los trasvases a la Albufera o al Vinalopó».
El «edificio» de la reivindicación castellano-manchega se basa en «aislar» el Júcar del resto de ríos y territorios con los que está conectado para mantener una mayoría territorial y a ser posible también en número de habitantes. En este afán resulta imprescindible negar que la Albufera y por tanto la ciudad de Valencia está conectada con el Júcar y forma parte de la cuenca hidrográfica de este río.

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