El agua del Júcar-Vinalopó llegará a Alicante en 2008

Las obras del trasvase Júcar-Vinalopó arrancaron ayer con más de un tercio del agua ya comprometida por los futuros usuarios. La infraestructura llevará a las comarcas alicantinas hasta 80 hectómetros cúbicos de agua anualmente y estará operativa a finales de 2008. En el acto de colocación de la primera piedra, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, destacó que el trasvase beneficia al Vinalopó sin perjudicar al Júcar. La Generalitat y la Junta Central de Usuarios insisten en que se retome el proyecto original que inició el PP.

Bernabé afirma que el plan Agua da este año en ahorro 335 hectómetros cúbicos

El cambio de trazado de la transferencia decidido por el Gobierno socialista en 2005 desencadenó uno de los ataques más duros del PP en la guerra del agua, que ayer encontró su reflejo en los parlamentos del acto celebrado en Llanera de Ranes y en la lista de asistentes y ausentes. «Este trasvase no va contra nadie», afirmó Moragues, «porque es una obra que parte desde el respeto a un río, a unos derechos históricos, y desde ese respeto se van a resolver los problemas del Vinalopó». El presidente de la CHJ defendió de esta forma que el nuevo trasvase permite enviar agua sobrante al Vinalopó sin dañar el difícil equilibrio medioambiental del Júcar y del parque natural de L’Albufera. Además, el cambio de la toma al final del río, frente al proyecto del anterior Ejecutivo del PP de derivar los recursos desde aguas arriba en Cortes de Pallás, salvaguarda los derechos de los regantes históricos del Júcar y cumplirá con la exigencia europea de establecer un caudal ecológico. Los recursos que se envíen al Vinalopó cumplirán el objetivo principal de sustituir las extracciones del acuífero, que está sobreexplotado.

El trasvase se convertirá «en un lazo físico y medioambiental entre Valencia y Alicante», enfatizó Moragues, quien citó expresamente el apoyo recibido por el Gobierno para modificar la obra de la plataforma cívica Xúquer Viu, de la Fundación Nueva Cultura del Agua y de los regantes del Júcar. Entre el público, además de alcaldes de la provincia de Alicante, diputados, representantes de las constructoras y de la sociedad estatal Acuajúcar -que ejecuta el proyecto-, se encontraban el presidente de los regantes de Sueca, José Pascual Fortea, y el secretario general de la Unió de Llauradors, Joan Brusca, que fueron blanco de las críticas del PP porque apostaron por el cambio del trazado. También acudieron miembros de las organizaciones agrícolas y de una decena de ayuntamientos, entre ellos Elche que han pedido agua del trasvase. Alrededor de 32 hectómetros cúbicos del máximo de 80 que llevará la canalización tienen ya destinatario y Acuajúcar se muestra confiada en que no faltarán clientes en una comarca que busca agua a cientos de metros de profundidad. El Ayuntamiento de Villena, ahora en manos del PP, ha revocado su solicitud tras las elecciones.

La Generalitat no acudió al inicio de las obras -tres consejeros se excusaron por problemas de agenda-, pero no faltó su crítica. Así, el responsable de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, calificó de «provocación» el nuevo trazado y pidió al Ejecutivo que renuncie a su plan y hable con los usuarios. El consejero se refería a la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, cuyo presidente, Andrés Martínez, entregó ayer mismo en la CHJ una petición de paralización de la obra y anunció una demanda millonaria por supuestos perjuicios, entre ellos el retraso del proyecto. Martínez exigió de nuevo diálogo a la Administración para buscar otra solución. Los tribunales han rechazado de momento los recursos contra el nuevo trasvase.

La Unión Europea ha aumentado su aportación financiera a una obra que Bruselas y los expertos considera «más sostenible», destacó el delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, quien insistió una vez más en que es necesaria la «máxima colaboración» de la Generalitat para ganar agua. Por ello, pidió al Consell «que abandone su obstruccionismo» y se sume al «esfuerzo» del Gobierno para resolver el déficit hídrico. En ese sentido, Bernabé resaltó que a través del programa Agua ya se han invertido 1.500 millones de euros de los 3.000 previstos en la modernización del regadío, obras hidráulicas y desaladoras. El ahorro a través de estas obras y las nuevas aportaciones permitirán disponer a finales de año de al menos 335 hectómetros cúbicos de agua nuevos, la cantidad de un trasvase del Ebro, aseguró Bernabé.

NUEVO TRAZADO DEL TRASVASE

-La inversión en la infraestructura alcanzará los 303 millones de euros, de los cuales 148,2 los aporta el Gobierno a través de Acuajúcar, 120 la Unión Europea con fondos Feder y 35 los futuros usuarios. Una operación de crédito adjudicada ayer al BBVA adelantará ese dinero que los regantes devolverán a lo largo de los años a través de las tarifas del trasvase. El antiguo proyecto exigía la aportación económica de los usuarios durante las obras.

-El trazado del trasvase mide 93,9 kilómetros y arranca en el Azud de la Marquesa (Cullera). Aprovecha los últimos tramos del proyecto desechado y concluye cerca de Villena, desde donde se repartirá el agua en el llamado postrasvase, una obra que está pendiente de que la ejecute la Generalitat.

-La construcción del trasvase, con importantes tramos en túnel, terminará a finales de 2008, según las previsiones de la empresa estatal Acuajúcar.

-La Comisión Europea ha unido su apoyo financiero a nueve condiciones medioambientales que se centran en la regeneración de los acuíferos del Vinalopó, el ahorro de agua con la modernización de regadíos, el control de vertidos y la

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