El agua y el AVE vuelven a la batalla

El Tajo y el Júcar, para Barreda
Y hablando de ríos y embalses que están a caballo entre la Comunitat y Castilla-La Mancha, el presidente de esta última autonomía, José María Barreda, pretende acaparar el Tajo y el Júcar para él sólo.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, anunciaba que compraba agua a los agricultores de Albacete –habrá que ver cuánta adquiere finalmente, porque no están obligados a vender– para que no extraigan tanta agua de sus pozos y no desequen el Júcar. También anunciaba restricciones de agua para los agricultores valencianos –que serán, a buen seguro, de más del 50% y muy superiores si no llueve en las cabeceras de los ríos– sin que estos reciban un euro a cambio. Al mismo tiempo, Barreda hablaba ante las Cortes de Toledo.

El presidente castellano manchego no se atragantó ante sus parlamentarios autonómicos. ‘‘Vamos a aumentar el uso y el consumo responsable del agua de las cuencas del Júcar y el Segura”, afirmó sin tener en cuenta ni los derechos históricos adquiridos sobre ese río por los regantes valencianos –tienen la potestad de consumir 750 hectómetros anuales– ni el hecho de que se encuentre en la actualidad en situación de emergencia, dada la grave sequía que azota las regiones mediterráneas españolas.

De hecho, lo que llevamos del actual, es el segundo año más seco de la historia en el ámbito de los ríos que abastecen la Comunitat Valenciana.

El conseller García Antón achaca los sueños de Barreda –que se convertirán en pesadillas para los intereses valencianos si sus ideas calan en la Moncloa mientras el presidente del Gobierno guarda silencio– al fruto de la ‘‘política insolidaria y desvergonzada del Gobierno de Zapatero y de Narbona’’.

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