El invierno de «agua y nieve» favorece la evolución de los cultivos en la provincia

La abundancia de precipitaciones contrasta con las del otoño pasado

Año de nieves, año de bienes. La máxima se está cumpliendo en el campo albaceteño y, según coinciden en señalar las organizaciones agrarias Asaja y UPA, la climatología de los últimos meses está favoreciendo la evolución de los cultivos, principalmente la siembra de cereales de invierno y de hortícolas como el ajo.

«Estamos en una situación de invierno normal», comentó el secretario provincial de UPA Albacete, Julián Morcillo, a propósito de las últimas nieves caídas en la provincia, indicando que los cultivos albaceteños «están perfectamente adaptados» a los rigores del termómetro siempre y cuando, eso sí, el mercurio no baje hasta límites como los que se registraron en el mes de enero de 2005, cuando los veinte grados centígrados bajo cero que llegaron a contabilizarse acabaron con el olivar en muchas comarcas albaceteñas.

En el mismo sentido se pronunció el secretario general de Asaja Albacete, Jorge Navarro, quien comentó que el peligro son los «hielos fuertes», una circunstancia que, afortunadamente, no se ha dado. De hecho, según los datos del Servicio Integral de Asesoramiento al Regante de Castilla-La Mancha (SIAR), la temperatura más baja en Albacete desde octubre de 2008 se produjo el 8 de enero pasado, con -9,7 grados centígrados, justo antes de que nevara.

«El año pasado sólo llovió en el mes de octubre 26 litros por metro cuadrado y luego nada hasta el mes de mayo», recordó el representante de Asaja Albacete, quien contrapuso esa situación a la actual: «Llevamos un año que casi diría que no es normal; es un invierno de agua y nieve como decían nuestros abuelos que solían ser los inviernos en Albacete, aunque yo no había visto ninguno».

Comentó que los copos de los últimos días «han caído bien», en el sentido de que ha sido una nieve «blanda» que ha ido empapando el campo y a la que no han seguido temperaturas excesivamente bajas. De esta forma, los cultivos más beneficiados han sido la cebada y trigo de ciclo largo, recién sembrados, y los de ciclo corto, sobre todo de regadío, que se van a sembrar ahora, así como los ajos, a los que las precipitaciones «calman la necesidad de regar».

Igualmente, la nieve le viene bien al almendro y al olivar, aunque en este último caso hará que se retrase algo la campaña de recogida, y a la viña, pese a que está en fase de letargo. Igualmente, los beneficios se extienden al desarrollo de pastos en el monte y a la recarga de los acuíferos, con fuentes en la zona de la Sierra que «han vuelto a brotar después de años sin hacerlo», dijo Navarro.

El único inconveniente de las abundantes precipitaciones es, según añadió el representante de Asaja Albacete, la ralentización de ciertas labores agrícolas, como la citada recogida de la aceituna o la recolección de algunas variedades de maíz en los meses de noviembre y diciembre, ya que las máquinas no pueden entrar en las parcelas por el estado del suelo.

La nieve tampoco ha afectado a la producción de hortícolas en la provincia albaceteña, como es el caso del brócoli en la comarca de Hellín, que según UPA «se había terminado de recoger antes».

Otras provincias

Por contra, las nieves y las heladas sufridas en la mayor parte de la Península han provocado pérdidas de diversa consideración en los cultivos hortícolas de Murcia, Almería y Valencia, según informaron las organizaciones agrarias, que cifran en un 25% los daños en la cosecha de alcachofa.

Los agricultores han advertido sobre los efectos del frío si continún las bajas temperaturas, especialmente en el caso de los cítricos en variedades aún sin recoger en Valencia y en otras campañas como la del brécol y la lechuga en Murcia.

En ciertas zonas, el frío ha perjudicado el aspecto externo de las hortalizas, quemándolas, y en algunas partidas la calidad del producto se ha visto afectada, según informó la agencia Efe.

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