El ‘milagro’ del Canal de María Cristina

Desde hace un par de semanas, el Canal de María Cristina realiza el ‘milagro’ de llegar con sus aguas formando un caudal continuo hasta el río Júcar. Es algo muy infrecuente, que no se había vivido en más de cien años, ya que habitualmente el agua de este canal se filtra en el subsuelo antes de alcanzar el río.

Es algo que tiene importancia para la gestión del agua en esta tierra; si el canal es un afluente del Júcar, como ahora se demuestra, es muy distinto a que se considere que Albacete forma una cuenca endorreica, sin comunicación con el río; ha habido quien ha intentado negar derechos a Albacete con ese argumento. Para ratificar la situación del Canal han seguido el cauce tres cualificados albacetenses: el presidente de los regantes, Francisco Belmonte; Alfonso Calera, director de la sección de Teledetección del Instituto de Desarrollo Regional, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y Fernando Cerezo, autor de las fotografías; a los tres les une la afición de hacer geografía sobre el terreno.

El agua del Canal -unos 150 litros por segundo- alcanza directamente el río Júcar tras inundar tramos de la rambla del Cañahorro, en la margen derecha del Júcar, enfrente de la carretera que une Alcozarejos y Cubas.

Alfonso Calera explica que «es un hecho notable en la historia hidrológica de los denominados ríos ‘efímeros’ de Albacete, pues no hay constancia de que la corriente de agua superficial del Canal de María Cristina haya alcanzado el río Júcar en, al menos, los últimos 100 años».

Recuerda que en los años húmedos, en primavera, el agua del Canal suele llegar a unos seis kilómetros de la desembocadura actual, hasta aproximadamente la Casa del Pozo, donde se infiltra debido a la estructura porosa del suelo, formando algunas pequeñas lagunas.

Indica Calera que ahora la corriente es tal que ha superado esas marcas habituales y «se ha establecido una corriente superficial continua que circula desde los alrededores del Robledo hasta el río Júcar, de más de 90 km de longitud».

Recuperación

Es el agua que llega al principio por el río Jardín, y una vez que alcanza la llanura, cambia de nombre en diversos tramos: río Balazote, río Don Juan, Canal de la Lobera, Canal del Acequión y Canal de María Cristina, que atraviesa Albacete y se dirige hacia el Júcar.

El Canal de María Cristina forma parte de la red de canales que, a lo largo de los últimos siglos, se fueron haciendo para desecar las zonas pantanosas de Albacete.

El excepcional caudal de este año ha recuperado, en gran medida, el recorrido natural de las aguas; de hecho, la Rambla de Cañahorro, por donde sale finalmente al Júcar, es un cañón fluvial que testimonia con su propia estructura el pertinaz paso y erosión del agua procedente de esta llanura.

Otros cauces que habitualmente se pierden en el subsuelo han recuperado este año sus territorios, por ejemplo en la zona del Aljibarro, del río Lezuza; o en la laguna de Acequión.

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