El trasvase del Ebro, imprescindible para mitigar el cambio climático

E n estos días en que tanto se habla del cambio climático, y no sólo por el panel IPCC de la ONU y la designación de Al Gore como premio Nobel de la Paz, sino porque comenzamos a notar ya los efectos del calentamiento global sobre éste nuestro planeta Tierra, se hace también más evidente la necesidad de llevar a cabo una política hídrica eficaz, eficiente y en la que predominen valores como la solidaridad entre los pueblos y las regiones.
Ahora es más necesario que nunca llevar a cabo una gestión eficaz del agua como garantía de un recurso tan estratégico como vital para nuestro progreso y desarrollo. En cualquier caso, si hay alguien que sabe usar y administrar el agua en España y Europa, esos somos los ciudadanos de la Comunitat Valenciana.
Porque, también ahora, son imprescindibles instrumentos de planificación hidrológica como la depuración de aguas residuales, la reutilización de las mismas, el abastecimiento de aguas subterráneas, la modernización de regadíos, la desalinización en determinados puntos de la costa y, por supuesto, trasvases como el del Ebro. Y es que ¿por qué no utilizar todos los instrumentos que la ciencia y la tecnología nos ofrece sin tener que descartar ninguno
Es de sentido común que, a mayor número de instrumentos, incluido el trasvase del Ebro, mayor será la confiabilidad del recurso agua. Porque, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, los trasvases no están contraindicados con el cambio climático. Antes bien lo contrario: el cambio climático obliga a los trasvases. Y ésta no es sólo mi opinión, sino la de numerosos expertos de renombre internacional.
En este sentido se pronuncia, por ejemplo, el catedrático de Ciencias Ambientales y profesor de la Universidad de Princeton, el venezolano Ignacio Rodríguez-Iturbe, galardonado en 2002 con el Stockholm Water Prize, considerado el Premio Nobel del Agua. Según Rodríguez-Iturbe, el proyecto del trasvase del Ebro ya tuvo en cuenta en su día el cambio climático: «Precisamente, el cambio climático obliga al trasvase del Ebro», ya que «el agua será un bien cada vez más escaso en la Comunitat Valenciana y la desalinización no es respuesta suficiente», añade el catedrático.
Este experto, como muchos otros, afirma que las desalinizadoras aportan mucha menos cantidad de agua; tienen un coste energético mucho mayor que los trasvases y una vida útil mucho menor. Rodríguez-Iturbe considera, además, que «el agua desalinizada obtenida es mucho más cara, con lo que los agricultores no podrán pagarla, y, además, el impacto medioambiental de estas instalaciones es mucho mayor que el que ocasionan trasvases como el del Ebro: la desalinización masiva no se lleva bien con el protocolo de Kyoto». Y es que volvemos a lo que tantas hemos veces hemos dicho algunos: si se quiere cumplir el protocolo de Kyoto la desalinización masiva no es el camino a seguir por cuanto genera cantidades ingentes de gases con efecto invernadero.
Lo decía todo un premio Nobel del Agua, que, además, asesora a la NASA en asuntos hídricos y que cuenta en su haber con un currículum vitae de 50 páginas y más de 200 publicaciones sobre hidrología. Dejo la referencia de su trayectoria profesional y académica, por si alguien quiere contrastar la intachable carrera de este científico: http://www.princeton.edu/~irodrigu/
Respecto al impacto ambiental que supuestamente ocasionaría el trasvase del Ebro, otro experto de reconocidísimo prestigio internacional, el profesor y catedrático de Ingeniería ecológica de la Universidad de California-Berkeley, Alex Horne, destaca que esta transferencia posibilitaría la recuperación del Delta del Ebro y generaría «repercusiones positivas» con mínimos impactos ambientales. El doctor Horne es una autoridad mundial en ecosistemas hídricos, con 300 publicaciones, y con una dilatada trayectoria de asesoramientos a gobiernos de todo el mundo, como el chino, el kuwaití, etcétera.
Según Alex Horne, «la posibilidad histórica de hacer un trasvase del Ebro generaría un gran beneficio para España en su conjunto, porque no sólo permitiría trasvasar agua a una zona deficitaria, sino que posibilitaría hacer una restauración de alto nivel y dejaría en óptimas condiciones la zona del delta». O sea, como dicen los sociólogos «suma cero»: ganamos todos con el trasvase del Ebro. Porque, en definitiva, cuando hablamos de trasvases, como si lo hacemos de cualquier otro recurso de abastecimiento, se trata de acciones solidarias, en este caso en materia hídrica, y entre regiones hermanas, desde una cuenca excedentaria a otra que es deficitaria.
Por todo ello, debemos tener presente el cambio climático y la necesidad de ahorrar y gestionar eficazmente los recursos hídricos de los que todavía disponemos. No debemos olvidar nunca que en el ahorro del recurso agua somos líderes y punteros desde hace siglos. Mientras, a fecha de hoy, en el resto de España apenas se ha modernizado el 10% del regadío por riego localizado, en la Comunitat Valenciana sobrepasamos el 80%. Hablamos de cotas de modernización como las de California o Israel, por poner algún ejemplo de lugares que se consideran referencia en el mundo de los cuerpos de agua.
Y si por si esto no le parece a alguien suficiente, recordemos también que el 50% del agua que se reutiliza en España es reutilizada, y perdón por la redundancia, en la Comunitat Valenciana. Esto es: el 5% del territorio de España, o sea nosotros, reutilizamos el 50% del agua de toda España. ¿Es o no ésta una actitud ejemplar Pues parece que no cunde el ejemplo, ya que, según el INE, en Cataluña y Aragón la reutilización es prácticamente inexistente o cero. Esta es la realidad y no otra.
Para finalizar, debemos pensar qué futuro queremos para nuestros hijos, amigos y para el progreso de la Comunitat Valenciana. Las necesidades hídricas que se derivarán de ese futuro que persigamos y el modelo de planificación hidrológica empleado para cubrirlas determinarán el nivel de crecimiento, prosperidad y medio ambiente que este territorio podrá alcanzar. Porque, reitero, las desalinizadoras no son suficiente y el cambio cli mático, que es cada vez más evidente, y contra el cual debemos luchar, obliga a realizar el trasvase del Ebro. Agua es progreso. José Alberto Comos Guillem es director de la Fundación Agua y Progreso de la CV.

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