Hasta la última gota bajo control

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Una serie de testigos y válvulas alertan incluso por móvil cuando se produce una avería o cuando un colector está a punto de desbordarse

El sistema de detección de fugas de agua en tiempo real empieza a dar resultados

Aguas de Albacete ha montado un avanzado centro de control que posibilita localizar en tiempo real posibles fugas que puedan darse en la red de 463 kilómetros de tuberías que hay enterradas bajo el asfalto de la ciudad y por donde a diario circulan unos 44 millones de litros de agua, ahí es nada.

Esta red de kilómetros y kilómetros de tuberías, se ha dividido en 13 sectores hidráulicos, como si fuesen 13 mini ciudades, más fáciles de manejar. El agua entra a cada uno de estos 13 barrios por unas válvulas que constantemente están enviando una señal al centro de control, instalado en la estación potabilizadora. En tiempo real, se puede saber cuánta agua entra y con qué presión llega.

Cualquier alteración en estos dos parámetros sin causa justificada, un exceso de consumo o una bajada en la presión, enciende la luz de alarma y permite detectar la existencia de una fuga o avería en el suministro. Es más, el sistema no sólo envía datos al centro de control, sino que alerta a los responsables con un SMS a su teléfono móvil.

Entre los 13 sectores hidráulicos, se han distribuido 38 puntos de control que son los que envían esta señales que «nos permiten focalizar más los problemas que tengamos y actuar a diario en ellos», explica José Belda, jefe de distribución de Aguas de Albacete.

Esta sectorización de la ciudad, se completa con otra importante inversión que ha sufragado el Ayuntamiento de Albacete con cargo al Plan E. Se trata de la instalación de 185 prelocalizadores de fugas, que se han colocado sobre todo en las tuberías del centro y de barriadas como el Ensanche, pues son las redes más antiguas y las que más problemas pueden dar.

Aunque cada vez que se remodela una calle, y con con el Plan de Barrios se han arreglado ya unas cuentas, se aprovecha para renovar las tuberías, todavía son muchas las vías urbanas por donde discurren canalizaciones antiguas. El Ayuntamiento es consciente, por eso dicen sus responsables que «no bajarán la guardia» para seguir renovando la red de suministro de agua siempre que abran una calle.

Ojo con el mínimo nocturno

Estos buscafugas vigilan el ruido que hace el agua al pasar por las tuberías, sobre todo por la noche. Se supone que cuando la ciudad duerme, cae en picado el consumo de agua y, por tanto, el líquido elemento no debe casi circular por las tuberías. Es lo que se conoce como ‘mínimo nocturno’.

Además, aprovechando el silencio de la noche, cuando sólo el camión de la basura interfiere este tranquilidad, estos prelocalizadores trabajan sin descanso. Cuando detectan un ruido más fuerte de lo normal, se sospecha que hay un consumo anómalo que puede deberse a una fuga y que de inmediato debe ser reparada. Por eso no esperan a que un técnico compruebe los registros sonoros que han realizado, como ocurría con los antiguos equipos que aún así siguen utilizándose, sino que de inmediato envían un SMS a un móvil y un aviso a la central de control.

«Hay filtraciones que son pequeñas, pero otras cuando dan la cara es porque abren grandes socavones en la calle donde cabe hasta un camión, por eso es importante detectarlas cuanto antes», apunta el concejal de Infraestructuras, Rafael López Cabezuelo. Esta tecnología, en la que se ha invertido 1,8 millones de euros del Fondo Estatal para la Sostenibilidad, coloca a la ciudad de Albacete a la cabeza a su gestión del agua, a la par de sólo algunas ciudades, como Murcia o Granada.

Colectores vigilados

El nuevo sistema ya ha empezado a dar sus resultados, pues aunque todavía se está trabajando en integrar todas las señales que llegan al centro de control, en las dos últimas semanas se han podido localizar ya algunas averías que se han reparado.

Pero desde este centro de control no sólo se vigila la red de tuberías de agua potable, también el nivel de los colectores que conducen las aguas fecales y pluviales a la depuradora de Albacete están ahora bajo supervisión gracias a la colocación de 23 limnímetros, una especie de testigos que vigilan el nivel de agua de los colectores de la ciudad y alertan si entran en carga y existe riesgo de que se vean desbordados. «Este sistema además nos permitirá hacer un estudio de la red de alcantarillados y saber qué colectores tienen todavía capacidad y cuáles deben ser ampliados», explicó Belda. La depuradora de Albacete evacua a diario unos 40.000 metros cúbicos de agua, algo menos de lo que gastamos, pues algunos consumos (como el agua que bebemos o la que se utiliza para regar) no termina en la depuradora. Esta instalación está pendiente de una ampliación que mejore la calidad del agua que se vierte.

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