La idea de un «banco del agua» abre una vía al acuerdo

La jornada de ayer se cerró con múltiples desencuentros y frases de gran dureza, pero entre ellos había una nube de esperanza. Tras la aparente rotundidad negativa de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, había una propuesta: la de crear un «banco del agua», propuesta en su día por los movimientos de la «nueva cultura del agua». Se trataría de que quien necesite agua y carezca de ella pueda comprarla a quien tenga una concesión y no la agote. Con ello, se saciaría la sed de quien no tuviera agua, sin aumentar un solo litro la captación de los ríos.

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      Narbona dijo al consejero Francesc Baltasar que compre derechos de agua a los regantes, aunque sea del Ebro, como hace Murcia con Madrid y Almería con Sevilla. Esta propuesta está vinculada a la creación de un «banco del agua», es decir, el agua que alguien puede usar por tener una concesión y no se consume podría ser vendida a quien la necesite sin aumentar por ello los consumos.

      Propuestas

      El Gobierno de la Generalitat está dolido porque no se había limitado a «pedir agua», sino que iba pertrechado con media docena de propuestas: el trasvase del Segre; el transporte de agua en barco; una conexión también provisional desde el canal Segarra-Garrigues para abastecer a la zona colindante de Igualada, al noroeste de Barcelona; recuperación de acuíferos, y reducciones en el riego.

      Sin contar con la última propuesta, que entronca con la idea del «banco del agua»: utilizar 40 hectómetros cúbicos del minitrasvase del Ebro que suministra a Tarragona y que no se utilizan. Esto exige una obra menor y no consume más agua, porque el minitrasvase compra cada año 120 hectómetros, los consuma o no, y el consumo anual es de 80 hectómetros. Barcelona, al menos las poblaciones situadas al sur, en el límite con la provincia de Tarragona, podrían utilizar esta agua sin aumentar las detracciones del Ebro. No obstante, la mejor solución sería poder comprar agua del Ebro y a los regantes del Segre.

      El trasvase del Segre que prevé el Gobierno catalán tendría hoy serios problemas. Se haría, según Medio Ambiente, para extraer 1,5 hectómetros cúbicos diarios, siempre que el caudal fuera de tres o más hectómetros. En marzo, el caudal medio ha sido de 3,03 hectómetros, aunque ayer había subido a 3,3.

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