Las lluvias salvan al campo de una situación «agónica»

Por una vez llueve a gusto de todos los cultivos. Las organizaciones agrarias Asaja y UPA y la Delegación Provincial de Agricultura coincidían ayer al afirmar que el agua de diciembre está salvando al campo de una situación que calificaron de «agónica». Sólo se ha podido recoger el 40% de la cosecha de aceituna, pero el retraso está compensando con creces. Albacete ha recogido del 14 al 23 de diciembre más de cuarenta litros de agua por metro cuadrado, cuando en los dos años anteriores, en el mismo periodo, no se llegó ni a los cuatro litros. Llueve de una manera «excepcional» para la época, sin parar, sin excesos y, los más importante, sin heladas.

La Delegación de Agricultura aseguró ayer que la nevada del día 14 y las precipitaciones posteriores solucionan «momentáneamente» la disponibilidad de agua para los cultivos de invierno.

El año agronómico comenzó «extremadamente» seco, pero la lluvia ha llegado justo en el momento en el que la situación de la siembra de cereales y leguminosas en secano era ya «agónica». La bajada drástica de temperaturas que acompañó a las nevadas causó problemas en instalaciones de riego y en algunos cultivos, pero el agua ha venido a compensar los peores pronósticos. Agricultura reconoce la existencia de parcelas a las que la lluvia habría llegado tarde, pero asegura que el agua está favoreciendo a todo, desde cereales y olivar hasta hortícolas e industriales. Las precipitaciones también favorecen al regadío, ya que ayudan a la nascencia de las parcelas ya sembradas, al tiempo que son positivas para la siembra de las variedades de enero y febrero.

La Delegación cuenta con que después de las lluvias lleguen las tradicionales heladas, lo que retrasará casi dos meses el periodo de nascencia de los cereales.

Los cultivos nacerán con retraso y la aceituna se recogerá más tarde de lo previsto, pero nadie ponía pega ayer a la atípica lluvia de Navidad.

Ni ha parado de llover ni parará en los próximos días, pero el Centro Regional de Estudios del Agua informaba ayer de que, del 14 al 23 de diciembre, sólo en Albacete ya se han recogido 42,6 litros, mientras que el año pasado se contabilizaron 3,8 litros en el mismo periodo y el anterior 3,6. En zonas tan necesitadas de agua, como Hellín, también se han superado los 40 litros y en la estación de La Gineta, por ejemplo, se llegó a los 21 litros sólo durante la jornada del 16 de diciembre.

Para el responsable provincial de Asaja, José Pérez Cuenca, no se le pueden poner pegas a la lluvia porque «la sequía amenazaba a muchos cultivos; temíamos que se perdiera todo lo sembrado». Pérez Cuenca reconoció que la nieve y la lluvia han retrasado la recogida de la aceituna, pero hizo un llamamiento a la calma recordando que en enero aún se está a tiempo de recolectar sin que se pierda el fruto.

Sin pegas

En la misma línea, el responsable provincial de la UPA, Julián Martínez, aseguró que «por una vez llueve a gusto de todos». En su opinión, sólo se le puede poner un «pero simbólico» por el retraso que está causando en la recolección de la oliva, aunque en ningún momento se refirió a pérdidas por este contratiempo.

«Llueve y las temperaturas son bondadosas. Por una vez, el tiempo se está portando de una manera excepcional», insistió. Y es que el verdadero problema del campo se sitúa ahora más allá de la tierra o la climatología. La ruina actual tiene su origen, según las organizaciones, en los precios y márgenes. El valor que tiene la fruta o la verdura en el supermercado no tiene nada que ver con el precio de origen. Cada vez es más común que se renuncie a la recolección porque es mayor el gasto en jornales que el dinero que se pueda recaudar de la venta.

No es raro que este año se vean las patatas en los bancales o la aceituna en el árbol.

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