El candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, se mojó ayer en Murcia. Y no fue por el chaparrón que cayó durante buena parte de la tarde. Por primera vez en lo que va de campaña, y de forma nítida, Rajoy se comprometió a traer al Levante el agua sobrante del Ebro. No llegó a mencionar la palabra trasvase, pero en la mente de los alrededor de 8.500 leales y entregados seguidores populares presentes en el mitin quedó claro que las palabras del líder del PP se referían a la recuperación del trasvase derogado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Minutos antes de la intervención de Rajoy, el presidente regional del PP, Ramón Luis Valcárcel, había reclamado al candidato a La Moncloa soluciones para el problema estructural de agua que padece la Región, pero después de que Aragón, Cataluña y Castilla-La Mancha resolvieran sus propia escasez.

«Porque creemos en la solidaridad a través de los trasvases, tú cerrarás la herida abierta por Rodríguez Zapatero», precisó Ramón Luis Valcárcel, quien recordó a Rajoy que «tú has dicho que llevarás el agua desde donde la hay a donde no la hay».

El candidato popular respondió de inmediato al presidente murciano, y las primeras palabras de su discurso fueron para desterrar la ambigüedad que desde la elaboración de su programa electoral se había suscitado respecto al frustrado trasvase del Ebro.

«Habrá agua para la Región de Murcia y para toda España», dijo Rajoy. «Haremos las obras del Pacto de Aragón -prosiguió-, garantizaremos el caudal ecológico suficiente y cumpliremos con todos, pero el agua que sobre irá a toda España, a Cataluña, Castellón, Valencia, Alicante y Murcia».

España amarilla o verde

Tras la interrupción provocada por los aplausos de los asistentes, Rajoy añadió: «Vamos a arreglarlo, porque todos tienen los mismos derechos y el agua es de todos». El líder del PP acusó a «ese en el que estáis pensando» de «llevarnos al desierto, y yo quiero una España amarilla, sino verde».

El acto central de campaña del PP en la Región, celebrado en el Palacio de los Deportes de Murcia en un ambiente festivo, se caracterizó por la nutrida presencia de jóvenes, que jalearon continuamente a Rajoy, interrrumpiendo su discurso en repetidas ocasiones.

Con respecto a la inmigración, propuso «orden y control, legalidad e integración», y sobre educación anunció «un plan nacional de becas para que los estudiantes de secundaria puedan estudiar un año inglés en el extranjero», que, a juicio de Mariano Rajoy, «es lo que importa estudiar, y no educación para la ciudadanía».

De forma más somera, ya casi al final del mitin, el candidato popular aludió a otras cuestiones, como la política exterior, para la que reclamó «una España que hable con Merkel y Sarkozy, y no con Chávez y con Fidel Castro», y defendió la integridad de España como nación, «la más antigua de Europa, con una historia de más de 500 años», precisó.