El agua que el Júcar envía al Vinalopó se pudre por el retraso de las obras del postrasvase

Los doce primeros hectómetros cúbicos de agua del Júcar trasvasados al Vinalopó se echarán a perder en las próximas semanas ante la dificultad de que puedan ser utilizados ya sea para riego o para paliar la sobrexplotación de acuíferos, objetivo oficial del trasvase. La llegada del verano y las elevadas temperaturas amenazan con dejar inutilizables los 12 millones de metros cúbicos en breve.

Técnicos de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ) consultados ayer por este diario aseguraron que el agua se estropeará y ya no podrá volver a utilizarse si se mantiene estancada, salvo que sea tratada con productos químicos y calificaron de «barbaridad» que el caudal no tenga destinatario por la falta de acuerdo entre el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y la Generalitat en poner en marcha las obras del postrasvase. Además, explicaron que si el agua finalmente se pudre, la balsa deberá vaciarse y proceder a su limpieza para que la infraestructura pueda estar preparada de nuevo ante la llegada de más caudal procedente del Júcar.

Además, explican que ese caudal estancado podría haberse destinado a usos medioambientales o guardado en presas como la de Bellús para destinarlo después al riego en la Ribera. Las aguas del primer trasvase ya llevan almacenadas alrededor de un mes en la balsa de San Diego de Villena, sin embargo no tiene usuarios mientras persiste el conflicto entre los regantes alicantinos y el Ministerio de Medio Ambiente y la Generalitat por los retrasos en la puesta en marcha de las obras del postrasvase, competencia del Consell.

Sin embargo, desde la Generalitat aseguran que las obras del postrasvase están acabadas y que lo único que falta es el visto bueno del ministerio, que, además, aún no ha logrado un acuerdo con los regantes alicantinos sobre el precio y calidad del agua. Todo ello hace que el agua permanezca en la balsa sin que nadie la utilice.

Mientras, la llegada de los 12 hectómetros cúbicos de agua sí ha servido para que el Ministerio de Medio Ambiente a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) haya comprobado que el trasvase es apto técnicamente.

Una inmensa balsa de 115 campos de fútbol
El inmenso vaso de la balsa de San Diego de Villena, con una superficie equivalente a 115 campos de fútbol, puede almacenar hasta 20 hectómetros cúbicos de agua una vez superadas todas las pruebas técnicas de estanqueidad y seguridad. El llenado de la balsa se inició el pasado 1 de abril y en la actualidad guarda 12 hectómetros cúbicos de agua superficial del Júcar que se ha trasvasado desde Cullera en el último trimestre. El caudal que envía el Júcar está destinado a paliar la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos del Vinalopó y l’Alacantí. Mientras, regantes y usuarios alicantinos han trasladado dos condiciones para aceptar los caudales que lleguen de Cullera: el precio del metro cúbico no deberá superar los 0,18 euros por metro cúbico y la calidad deberá ser la misma que acordaron en el proyecto original cuando el agua se captaba de Cortes de Pallás.

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