El campo teme una nueva sequía

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LOS DATOS

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En la última semana solo han caído 0,6 litros por metro cuadrado en la provincia.

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Éste es el valor medio de precipitaciones que se producen a estas alturas de año.

Meteorología confirma los temores del sector y reconoce que Albacete vive un invierno más seco de lo habitual

La escasez de lluvias y las temperaturas inusualmente suaves durante el día comienzan a preocupar a los agricultores albaceteños. A ello se suman bajadas extremas del mercurio por las noches. Como uno de los inviernos más secos que se recuerdan en la última década definen desde Asaja y la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (JCRMO) la temporada invernal que está atravesando el campo manchego.

Una situación que, de prolongarse, podría tener efectos perjudiciales en los cultivos y la ganadería de la provincia. El presidente de la JCRMO, Francisco Belmonte, asegura que hoy por hoy la sequía es todo un hecho. «Es probable incluso que ya llevemos ocho o nueve meses de sequía ya», advierte Belmonte quien explica que la falta de precipitaciones ha hecho que los riegos se adelanten.

Aportaciones

A modo de ejemplo Belmonte apunta que en la Mancha Oriental ya se han tenido que regar, por ejemplo, cultivos como el ajo cuando en una campaña normal lo habitual sería no comenzar a hacerlo hasta marzo o abril. Eso sí, afortunadamente tan solo se ha tratado de aportaciones de agua de pequeña cuantía, según recalca Belmonte en este sentido.

Otro tanto está ocurriendo con algunos cereales de invierno, explica el responsable de los regantes albaceteños. Más allá incluso va el presidente provincial de Asaja, José Pérez Cuenca, quien añade que algunos agricultores han tenido incluso que hacer riegos simplemente para labrar la tierra antes de hacer cualquier labor ya que se hallaba completamente seca. Para Pérez Cuenca las lluvias se han reducido entre un 20 y un 30% en lo que va de invierno.

Pero no solo se trata de meras sensaciones. La delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Región, Delfina Gil, confirma que este invierno está siendo más seco de la media de los últimos años.

Por debajo

Los datos de la última semana avalan estas afirmaciones. Y es que mientras que el valor medio registrado en la provincia de Albacete de precipitaciones en los últimos ejercicios en esta semana del año se sitúa, según detalla Gil, en torno a los cinco litros por metro cuadrado.

El dato de los últimos días, sin embargo, se encuentra muy por debajo de este promedio ya que apenas si han caído 0,6 litros por metro cuadrado. Cifras éstas que dan una clara idea del déficit de precipitaciones al que está haciendo frente este invierno Albacete.

Un déficit que a uno de los colectivos que más inquieta en la provincia, sin duda alguna, es al agropecuario. Y es que se temen que lo peor aún esté por llegar si las lluvias siguen sin hacer acto de aparición en las próximas semanas y en los próximos meses.

A los agricultores y ganaderos les preocupan especialmente los efectos que la falta de precipitaciones puedan tener a corto y medio plazo en los cultivos de la provincia.

La máxima inquietud se centra, tal y como reconocen tanto Asaja como la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), en leñosos tales como el almendro e incluso la vid y en los cereales de invierno. Las cálidas temperaturas hacen que el desarrollo vegetativo de los leñosos se adelante. De hecho este efecto ya se puede comprobar, según subraya el secretario de la UPA, Julián Martínez, en algunas variedades de almendro cuya floración se está adelantando a pasos agigantados.

El problema, advierten desde UPA y Asaja, es que aún en marzo y abril en la provincia es normal que se produzcan importantes descensos de los termómetros. ¿La consecuencia? El fruto, que ha comenzado a desarrollarse antes de lo normal, se hiela. Además recuerdan que en estos momentos se producen cambios extremos entre las temperaturas diurnas y las nocturnas (las propias de la época invernal).

Tampoco en el caso de los cereales las expectativas son más halagüeñas si nada cambia en las próximas semanas. Si no llueve el desarrollo de los cereales también peligra. «Estamos esperando las precipitaciones de enero como agua de mayo», resume Martínez.

Desde JCRMO, Asaja y UPA no ocultan su temor a que el campo esté ya sumido en un cambio de ciclo, en los inicios de una sequía que supondría un importante varapalo para un sector que atraviesa su propia crisis. A los bajos precios y a los altos costes de producción podrían sumarse los efectos del inicio de un ciclo seco. Martínez confía, no obstante, en que el próximo cambio de luna traiga las esperadas lluvias al campo .

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