El canon por beber agua del Júcar y la tasa de basuras, a los tribunales

El canon que pagan los albaceteños al Ministerio de Medio Ambiente por beber agua del Júcar y la tasa que les cobra el Ayuntamiento de Albacete por recoger la basura, serán cuestionadas en los tribunales, aunque por motivos muy diferentes.

En un tedioso y larguísimo pleno, -más de seis horas-, el debate sobre los impuestos y tasas que pagarán los albaceteños en 2008 se zanjaba con el anuncio de estos dos pleitos.

Uno de ellos, el relativo al que se paga porque llegue el agua del pantano de Alarcón y a través del trasvase, lo hacía el propio alcalde, Manuel Pérez Castell.

«Que conste en acta -dijo el alcalde- mi compromiso a agilizar el encargo a la Universidad de Castilla-La Mancha de un recurso judicial ante el Ministerio de Medio Ambiente contra el pago de un canon por el abastecimiento de la ciudad, en base a una ley de 1971, por la que se puso en marcha el trasvase, que reconocía ese derecho de abastecimiento a la ciudad».

El agua, un 9,4% más

Ya en 2003, Pérez Castell había declarado su intención de pleitear para que la ciudad no tuviese que pagar por beber agua del Júcar y en 2005 encargó un estudio a la Universidad regional para saber si existía base jurídica para ello. Estudio del que nunca más se supo.

Ayer, el mandatario socialista prometía acudir a los tribunales, logrando así que la concejal de IU, Rosario Gualda, se abstuviese, en lugar de votar en contra, a la hora de aprobar la tasa del agua para 2008, que experimentará una subida de un 9,4%.

Y es que, Gualda, -cuyo voto en este mandato tiene el valor extra de romper el empate entre el PSOE y el PP-, advirtió a los socialistas de que si no hacían algo para reclamar ese «derecho histórico a un uso gratuito del Júcar», votarían en contra de esta subida que consideran «excesiva». Sólo este año, los albaceteños, a través del recibo, pagarán 1,5 millones de euros por este canon.

El callejero de la basura

El anuncio del otro pleito, el de la tasa de la recogida de basuras, lo hacía el concejal del PP, Juan Carlos López Garrido, al no conseguir que PSOE e IU aceptaran su petición de que esta ordenanza fiscal se quedase sobre la mesa. Esta tasa subirá un 2,7%, es decir, el IPC; y no un 100% como según denunció el PP iba a subir en algunas calles como consecuencia de una revisión del callejero fiscal. Esta denuncia del PP se debió a un error de López Garrido que, según se justificó ayer en el pleno, se debió a que en los libros de Ordenanzas Fiscales del Ayuntamiento no se había incorporado el callejero específico para el cobro de la tasa de basuras pues, hasta en el Servicio de Gestión de Ingresos, desconocían su existencia.

Así, el PP exigía ayer que mientras no se averiguase cuándo, cómo y dónde había sido aprobado oficialmente dicho callejero, no se diese luz verde a la tasa de basuras de 2008; algo a lo que se negaron PSOE e IU que dieron plena validez a dicho callejero que se viene utilizando «como mínimo, desde 1979».

La palabra del secretario

Esta fecha la constató el propio secretario, quien opinó que «carece de fundamento» poner en duda la legalidad del mismo, aunque no pudo concretar cuándo se había aprobado. Incluso, recordó que en 1997, cuando un gobierno del PP adjudicó a Aquagest el servicio del agua, entregó a la empresa ese mismo callejero para que se hiciese cargo del cobro de las basuras.

Aún así, y para evitar posibles dudas, los concejales socialistas y la edil de IU ratificaron dicho callejero, lo que llegó a López Garrido a anunciar un pleito en los tribunales.

PSOE e IU insistieron en que toda esta polémica no era más que una «cortina de humo» y una «maniobra de distracción» del PP para «salvar sus vergüenzas» y ocultar su error, «¿a qué juega, a buscar claridad o a enredar más?», preguntó el concejal de Hacienda, Antonio Martínez, al concejal del PP «quien ahora pretende culparnos de su error a todos, a los 27 concejales y a los 1.200 funcionarios».

López Garrido negó haber errado «nosotros no nos hemos equivocado, -aseveró- son ustedes los que ponen sobre la mesa un callejero del que nadie conocía su existencia».

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