El final de los abonos químicos

Ayer tuvo lugar en Albacete la presentación pública de un proyecto digno de una película de ciencia ficción, pero tan real como que ya se están llevando a cabo con éxito los primeros ensayos de campo. Se trata de aprovechar todo lo que se desecha de la carne, como la piel y los cuernos, transformándolo en un producto biológico con el que abonar la tierra. CowtoPlant pretende acabar de esta manera con la química en el campo. Así lo ponía ayer de manifiesto a este diario María Engracia Carrión, responsable de Gestión de Proyectos en Alquimia Soluciones Ambientales.

Se trata de una técnica biológica sencilla que no requiere una alta inversión. Mientras las incineradoras emiten gases a la atmósfera y contaminan, este método pretende gestionar de una forma «limpia» los residuos de categoría tres, es decir, los que tienen alto contenido en proteínas. La piel del animal sacrificado, los huesos o los cuernos se reducen de tamaño, en un principio, a base de calor. Al mismo tiempo, estos desechos se mezclan con microorganismos para lograr, en un plazo de 24 a 48 horas, un residuo sólido y otro líquido, ambos muy útiles para el campo y nada perjudiciales.

Superada la fase de laboratorio, esta iniciativa se encuentra ya enfrentándose a los primeros ensayos de campo con buenos resultados. La máquina, muy sencilla, es un biorreactor capaz de generar 1.500 litros de producto biológico a pesar de que sólo ocupa dos metros cuadrados.

El prototipo está en Daimiel, pero Alquimia cuenta con ultimar un diseño económico. La idea no es otra que desterrar los productos químicos del campo en favor de los biológicos.

CowtoPlant se ha diseñado pensando en empresas y cooperativas de mataderos, peleterías, gestores de residuos cárnicos, plantas de transformación, empresas y cooperativas de productos fitosanitarios y agroquímicos, agricultores, centros de investigación, universidades, centros tecnológicos y técnicos de administraciones públicas. Y es que, en cualquiera de los casos, las empresas, municipales o privadas, se enfrentan a una normativa muy estricta a la hora de eliminar los residuos cárnicos.

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