El Trasvase del Ebro no será una imposición. No será recuperado por el Gobierno central a menos que exista consenso entre las comunidades autónomas, según ha manifestado Juan Urbano, director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, en su primera visita a la Región de Murcia y a la Vega Baja con motivo de la avería que se registró en el túnel del acueducto Tajo-Segura.
En declaraciones a ‘La Verdad’, Juan Urbano comentó sobre el proyecto del Ebro -que fue derogado en 2004 por el Gobierno de Rodríguez Zapatero- que «hay que aunar muchas voluntades para que sea una realidad. Yo en estos momentos lo veo difícil, insisto, por esas voluntades». Añadió que el Gobierno central «tiene un compromiso de suministro de calidad y cantidad en toda España, y que hay más soluciones que el Trasvase del Ebro».
El máximo responsable del agua recordó que la propuesta de dicho trasvase no es del Plan Hidrológico Nacional de 2001, sino que responde a trabajos técnicos realizados muchos años atrás.
Garantías
Apostilló que en estos momentos la postura de «Cataluña y Aragón no es favorable» a ese trasvase. «Si no hay consenso en esa solución, buscaremos otras. No vamos a dejar de lado nuestra responsabilidad para garantizar los suministros en toda España». Recalcó que el Ministerio no irá contra la voluntad de nadie y que su objetivo es lograr «una solución consensuada». La coordinación de los nuevos planes de cuenca del Segura y del Tajo, vinculados por el Trasvase Tajo-Segura, es otra de las ‘patatas calientes’ del Ministerio. Urbano explicó que hay que conocer con exactitud la disponibilidad futura de excedentes, cuya cifra es difícil de conocer en estos momentos. No obstante, señala que la cuenca del Segura podrá seguir recibiendo la media histórica anual de desembalses, que oscila entre los 300 y 350 hectómetros cúbicos.
«Se ha producido una disminución de aportaciones en la cabecera del Tajo y al mismo tiempo un aumento de los consumos propios de dicha cuenca, que hay que tener en cuenta. Yo no hablaría de oposición entre los planes de cuenca, si no de procurar que casen y que sean realistas». El director general explicó que se seguirán manteniendo los volúmenes que sean realmente excedentarios porque el Segura los necesita. «Si hay agua excedentaria sería muy bueno poder contar aquí con ella».
Apostilla que el máximo anual de 600 hectómetros cúbicos que prevé la ley para transferir a la Región de Murcia, Alicante y Almería apenas se ha ejecutado. «La media histórica ha oscilado entre los 300 y 350 hectómetros anuales. Si pudiésemos garantizar ese volumen para el futuro sería muy buena cantidad porque es la que se ha estado transfiriendo de media. Estamos haciendo los estudios para ver qué volumen se puede transferir en función de los aportes pluviométricos y los nuevos usos en el Tajo, no solo industriales si no también medioambientales». Insiste en que cuando el Ministerio tenga esos dos valores se podrá saber qué cantidad se podrá derivar al Segura.
Solución
Ha confirmado que el Ministerio sigue trabajando en el acueducto del Tajo Medio, que tendría su punto de toma en el embalse cacereño de Valdecañas, aunque puntualiza que se trataría de una opción para Castilla-La Mancha, y no tanto para el Sureste.
.«El Tajo Medio es una solución sobre todo para los abastecimientos y algunos regadíos de la llanura manchega. Los sobrantes de esa transferencia podrían complementar los trasvases actuales desde la cabecera, pero el principal beneficiario de ese trasvase sería Castilla La Mancha. En la política de garantizar el agua para todos no se ha abandonado ese estudio ni se ha desechado, pero tendría ese uso».
Tras sus consideraciones sobre el Trasvase del Ebro, el Tajo-Segura y el Tajo Medio, ¿qué opciones maneja el Ministerio para resolver el déficit del Segura? «Un déficit lo puedes solucionar aportando nuevos recursos o disminuyendo los consumos. ¿Cual de ellos? La suma de las dos», señala. Recuerda que la Región dispone de nuevos recursos a través del agua desalinizada. «Debemos contra con ellos en su justa medida», subraya.
Opina que se han acabado las guerras del agua entre regiones, pero cree que aún quedan rencillas territoriales, y subraya que el futuro pacto nacional debe garantizar un consenso para 40 años.