El nuevo discurso hídrico descoloca a los partidarios de la transferencia

Corría el mes de julio de 2004 y Rajoy se pronunciaba con contundencia en San Javier (Murcia) sobre la política hidráulica del PP: «La desalinización es un cuento chino. Si volvemos a ganar, el trasvase del Ebro se va a construir porque la opción de las desalinizadoras no tiene ningún sentido. Contaminan y además tampoco se van a hacer».
El pasado domingo, Rajoy lanzaba también en Murcia un mensaje más difuso pese a que en algunos medios se le había pedido expresamente siete palabras que no pronunció: «Si gobernamos haremos el trasvase del Ebro»
El presidente se comprometió únicamente a lograr «un acuerdo nacional sobre el agua en el que las cuencas deficitarias como la del Segura y Júcar reciban el agua sobrante de las cuencas excedentarias a través de trasvases».
Ayer, el consejero de Agricultura y Agua del gobierno de Murcia, Antonio Cerdá, justificaba a Rajoy al recordar que «en ningún programa del PP se ha hablado del trasvase del Ebro», y añadió que «si los técnicos dicen que hay que traer agua del río Amazonas pues se trae».
«Rajoy se ha comprometido con los trasvases, a llevar agua desde las cuencas excedentarias a las deficitarias y esto es importante», dijo Cerdá.
En Valencia, José Alberto Comos, presidente de la Fundación Agua y Progreso, responsable de la campañas publicitarias
José Aberto Comos habló inicialmente de «matices de redacción», aunque posteriormente afirmó que el discurso del PP es «claro y meridiano a favor del trasvase».
«Si no me falla la memoria, -añadió – en el antiguo plan electoral no había una alusión expresa al trasvase del Ebro».
Ayer, ninguna de las asociaciones de regantes de Murcia, Alicante y Castelló que han apoyado abiertamente el trasvase se pronunció sobre las palabras de Rajoy en Murcia. Sólo el presidente de la Comunidad de Regantes de Sueca, miembro de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ) y vicepresidente de la Federación de Regantes Valencianos, José Pascual, respondía a este periódico para recordar que los regantes del Júcar «nunca» quisieron agua de «mala calidad» del Ebro a cambio de la que han utilizado siempre.

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