El programa AGUA acaba la legislatura sin haber cumplido un solo objetivo

«Más agua, más rápido y de más calidad». Ésa fue la promesa de Zapatero tras derogar el trasvase del Ebro aprobado por el último Ejecutivo popular. Para ello, el Ministerio de Medio Ambiente de Cristina Narbona puso en marcha en la provincia de Alicante, como en tantas otras, su ambicioso programa AGUA.

Sin embargo, en los últimos compases de la legislatura, el grado de ejecución del citado programa dista mucho de estar completo, el caudal que ha aportado a la provincia es difícil de cuantificar, y sus principales infraestructura -las que han empezado a construirse- se han revelado como una fuente inagotable de problemas.

Desalación

Sólo las plantas que ejecutó el PP

El programa AGUA contempla la ejecución de cuatro desaladoras en el litoral de la provincia de Alicante, que cubrirían aproximadamente un 20 por ciento del déficit hídrico de la provincia, según un estudio de la Junta de Usuarios del Vinalopó. En la actualidad, sólo una de las plantas está en funcionamiento, la del Canal de Alicante. Una planta que, si bien ha sido ampliada por el actual Ejecutivo, fue terminada y se puso en marcha bajo el Gobierno del PP.

Mientras, la controvertida planta de Torrevieja, la más grande de Europa cuando entre en funcionamiento, se encuentra en construcción. La de Muchamiel se encuentra en fase de licitación, y la de Denia lo estará en breve. Es decir, ninguna de las tres desaladoras de nueva construcción funcionará antes de que termine la legislatura.

A ello se suman los problemas que ha encontrado la sociedad estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), que promueve el programa, en la localidad salinera. Denuncias ante los tribunales europeos, conflictos de competencias que han llegado al Constitucional, expedientes de sanción del Consell y errores que han anegado urbanizaciones de agua salobre.

Desde su inicio, a principios del pasado año, las obras se han paralizado en dos ocasiones: la primera, tras un expediente sancionador del Consell. La segunda, a finales de diciembre, tras inundarse un pozo freático cuyo vertido sobre una parcela anexa investiga el Seprona.

Júcar-Vinalopó

Contaminación y rechazo en destino

Estrenada la tesis de no realizar trasvases entre cuencas, Medio Ambiente paralizó el Júcar-Vinalopó, ya en marcha, y rehizo su trazado con una toma en la desembocadura del río cedente. Sin embargo, los propios análisis de la Confederación del Júcar (CHJ) ponen en duda su viabilidad, dado el alto nivel de contaminación.

Tal como ha venido publicando ABC, el nivel de bacterias coliformes -que indican la salubridad del agua- multiplica varias veces el límite permitido para riego. Mientras este límite se establece en 100 unidades por cada 100 mililitros, en la toma del nuevo Júcar-Vinalopó sus niveles oscilan entre el medio millón y los doce millones.

Al mismo tiempo, los destinatarios del trasvase, reunidos en la Junta de Usuarios del Vinalopó, han expresado su rechazo tanto en los tribunales como en manifestaciones y, en la actualidad, con una recogida de firmas.

Tajo-Segura

El PSOE evita ponerle fin

La continuidad del Tajo-Segura, única fuente de caudales para Alicante que se ha mostrado eficaz hasta el momento -pese a la complicada situación de sus embalses-, ha sido cuestionada durante toda la legislatura. Sin embargo, incluso el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, admitió ayer que el programa de Zapatero no incluirá su finalización.

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