La CHJ cree que nadie está a salvo de riadas por el caos urbanístico

Nada más aterrizar ayer en Beniarbeig, al presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, vecinos, concejales y periodistas le hicieron la misma pregunta: «¿Cómo es posible que después de tantas gotas frías las poblaciones de la cuenca del Girona sigan sin sentirse seguras?» La respuesta de Moragues fue contundente: «Hemos de desterrar el concepto de seguridad porque entre todos hemos hecho un territorio en el que el drenaje ha sido el gran olvidado y, por mucho que ahora ejecutemos obras de encauzamiento, cuando llueve el agua no llega a los cauces y a los barrancos sino que se queda estancada en las ciudades».

        CHJ

        (Confederación Hidrográfica del Júcar)

         Según el presidente de la CHJ, así ha sucedido durante este último episodio de lluvias, en las que se llegaron a alcanzar precipitaciones de 100 litros por metro cuadrado en periodos de una hora: "Mientras en los cauces apenas se han producido desbordamientos, veíamos ciudades anegadas como Burriana o como los núcleos urbanos de La Ribera". También en Dénia, el martes por la mañana el caos se adueñó del litoral de Les Marines, fuertemente urbanizado. En los próximos años, la situación irá a peor, vaticina Moragues: "Aunque no quiero hablar de cambio climático, la frecuencia de las lluvias torrenciales durante los otoños es ahora mucho mayor que hace 20 o 30 años".

      No obstante, Moragues mostró su confianza en el plan de emergencias para las dos comarcas de La Marina que está a punto de adjudicarse y cuya redacción ha costado tres millones. El documento, que se pactará con municipios, plataformas vecinales y Generalitat, no sólo incluirá encauzamientos, reforestaciones, limpieza de las vegetaciones de los ríos o nuevas infraestructuras, sino que marcará las pautas de un crecimiento urbanístico más ordenado. Ese plan, que según Moragues «a algunos les gustará más y a otros no les gustará», también mejorará los índices de riesgo de riadas y obligará a las poblaciones a dotarse de planes de emergencia.

      Ni siquiera en una cuestión tan grave como ésta se libra de la brega política entre PP y PSPV. En la visita del presidente de la CHJ a Beniarbeig faltaron los alcaldes populares de la cuenca del Girona, como es el caso de los de Ondara, El Verger o Els Poblets.

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