La ministra ofrece diálogo para alcanzar un pacto de Estado sobre el agua

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, ofreció ayer en el Congreso de los Diputados diálogo a todas las partes implicadas en el tema del agua para intentar alcanzar un pacto de Estado, que ha dicho sabe difícil, pero que ello no le hará desistir del empeño. Éstas han sido sus primeras declaraciones públicas sobre este tema.

Mientras, los gobiernos murciano y valenciano mantienen hoy en Murcia una reunión para establecer una «estrategia común» respecto a los nuevos planes hidrológicos de las cuencas del Tajo y del Ebro, que pretenden aumentar los caudales ecológicos de estos ríos. Así lo anunció ayer en los pasillos de Las Cortes Valencianas el consejero de Medio Ambiente, Juan Cotino, quien precisó que el objetivo del encuentro es «defender los intereses» de la Comunitat Valenciana y fijar una estrategia conjunta, como se hizo respecto al Estatuto de Castilla-La Mancha.

Cotino lamentó que se pretenda cambiar la estructura del Tajo y la del Ebro, como recogen los borradores de planes de cuenca planteados por el Ministerio, que a su juicio constituyen una «trampa saducea», ya que lo que se busca es aumentar los caudales ecológicos de esos ríos y que de esa forma «no llegue el agua a ningún río». A su juicio, lo que se pretende es buscar una fórmula para lograr lo no se consiguió por la vía del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, y es que al final no llegue el agua procedente del Tajo al Segura.

En relación a la reunión de hoy de los gobiernos valenciano y murciano, el consejero de Ordenación del Territorio de Castilla-La Mancha, Julián Sánchez Pingarrón, defendió que su Gobierno seguirá trabajando para que en el Plan de Cuenca del Tajo se recojan los intereses de la región y de aquellas comunidades regadas por el río, y «no de las regiones que no forman parte de ello». No obstante, confesó «ver con envidia» como en Valencia y en Murcia «todos los partidos se unen en defensa de sus intereses», una situación que «nunca se da en Castilla-La Mancha», donde el Gobierno regional «nunca» cuenta con el apoyo del PP.

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