La planta de ósmosis afecta a cuatro vías pecuarias y fauna en extinción

El Boletín Oficial del Estado publicaba ayer la decisión de la Secretaría de Estado del Cambio Climático que indica que no es necesario realizar estudio de impacto ambiental para la construcción de la planta de ósmosis inversa de Albacete, lo que hubiera retrasado, al menos, varios meses más la construcción de la obra.
De esta forma, ahora deberá ser el promotor del proyecto -que lleva coleando desde el año 2000-, que es la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) quien despeje la fecha de inicio de las obras, que están adjudicadas desde septiembre de 2008. Una vez se inicien, el plazo de ejecución para esta importante actuación que implicará un coste cercano a los ocho millones de euros, será de 16 meses.
Para que la Secretaría de Estado haya tomado esta decisión, antes solicitó a las diferentes administraciones, organismos afectados por el proyecto y asociaciones ecologistas que emitieran sus respectivos informes. Recopilada toda esa información, se ha dado este paso que permite desbloquear un proyecto demasiado tiempo bloqueado, pero no supone un cheque en blanco para la Confederación, que ha tenido que incluir las puntualizaciones realizadas por las diferentes partes y deberá de adoptar medidas que hagan que el impacto de las obras, porque lo habrá, sea mínimo.

RESTOS ARQUEOLÓGICOS. En la resolución ministerial queda, entre otras cosas, recogido que en la zona de implantación del emisario de salmuera, que es la tubería que llevará el agua desechada tras la filtración al Canal de María Cristina, «se identifican cuatro vías pecuarias que resultarán afectadas» y que son la Cañada de Andalucía, el Cordel de La Gineta, la Vereda de la Torrecita y el Cordel del Camino Ancho. Además, advierte también, las obras se localizan «en un área de alta susceptibilidad de afección al patrimonio histórico» y, de hecho, en las catas realizadas se ha localizado «un resto arqueológico islámico próximo al núcleo urbano de Albacete».
Por otro lado, para llevar a cabo las obras previstas, el proyecto contempla un desbroce y el despeje de una superficie de 28.990,35 metros cuadrados. Aunque no afecta a espacios incluidos en la Red Natura 2000, la planta de tratamiento lindará con una zona de 5.210 matorrales arborescente con Juniperus, 4.090 brezales oromediterráneos endémicos con aliaga y 9.340 bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia.
En cuanto a los efectos de las obras sobre la fauna del lugar, habrá que prestar especial atención porque en la zona de actuación la presencia de especies catalogadas como vulnerables, como el cernícalo primilla, la ganga ibérica, la avutarda, el sisón y la ganga ortega y, más preocupante, la resolución indica que parte de las obras previstas «se encuentran incluidas dentro de los límites propuestos como zona de dispersión del águila perdicera, especie catalogada en peligro de extinción en el catálogo de su plan de recuperación».
Puesto que, como se reconoce en el documento, durante la ejecución del proyecto «se producirán molestias sobre la fauna y se destruirá el hábitat de algunas especies», la Confederación, se ha comprometido a una restricción general de las excavaciones del 1 de marzo al 31 de julio (periodo de puestas) y al máximo cuidado.

DEMASIADOS SULFATOS. La planta de ósmosis pretende «dotar al agua de abastecimiento del término municipal de Albacete de la calidad exigida para el consumo humano». En la actualidad, el agua que los albaceteños reciben presenta «concentraciones de sulfatos que varían entre los 300 y los 420 miligramos por litro» y esta actuación servirá «para reducir la concentración de sulfatos del agua de abastecimiento hasta unos 200 miligramos por litro».
Para obtener el visto bueno de todos los trámites y la resolución de la Secretaría de Estado, en la fase de consultas previas se ha tenido en cuenta la opinión de la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, la CHJ, la Consejería de Salud y Bienestar Social, la Dirección General de Evaluación Ambiental, la Sección de Patrimonio de la Delegación de Cultura, la Dirección General del Agua, el instituto geológico y Minero de España y la Subdirección General de Infraestructuras y Tecnología.

MÁS AGUA PARA ABASTECER. El proyecto de la planta de ósmosis inversa y el emisario de salmueras se localiza en el término municipal de Albacete, a unos siete kilómetros de distancia de la capital, junto a la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP).
La planta de tratamiento para la eliminación de sulfatos ocupará una superficie de 3.860 metros cuadrados. Según el proyecto, será una planta desaladora de ósmosis inversa de baja presión que tratará 250 litros/segundo de agua, lo que equivale aproximadamente al 50% del agua total utilizada para el abastecimiento de Albacete.
El agua que se filtrará proviene del embalse de Alarcón casi exclusivamente, aunque en momentos de sequía (como advierte la Confederación) se han utilizado los pozos para el abastecimiento. La puesta en marcha de la planta de ósmosis supondrá un incremento del 10,8% del agua necesaria para abastecer a la población.
Pero además, lo que se hará con la parte del agua que se filtre y que no sirva, la que se denomina ‘agua de rechazo’ -unos 55 litros por segundo-, se mezclará con la de la propia Estación Depuradora y se verterá al Canal de María Cristina. Esto es lo que se hará a través del emisario de salmueras cuya construcción también contempla el proyecto y que será una tubería que funcionará por gravedad.
Será un tubo de PVC con una longitud de 12.885 metros y con un diámetro de 400 milímetros.

LAS EXCAVACIONES. Además del despeje de 28.990,35 metros cuadrados, el proyecto contempla también que el volumen de excavación en zanja será de 33.967,25 metros cúbicos y el volumen de carga y transporte a vertedero se cifra en 26.138,73 metros cúbicos.
Pero no todo se tirará. El material excavado en roca se aprovechará para elaborar zahorras y áridos para hormigones; además, las tierras procedentes del desbroce se utilizarán para la posterior revegetación y el vertido de tierras sobrantes ya tiene su futura ubicación decidida: una parte irá al nudo de enlace de la Autovía A-31 (Alicante) con la N-301 y la otra parte irá al cruce de la Autovía de Murcia (A-30) hacia el norte, después del cruce con la línea de ferrocarril Madrid-Alicante.
Al igual que se desestimará material, hará falta suministrarse de nuevo. Así, una cantera de Pozo Cañada abastecerá las obras con 2.055,72 metros cúbicos.    

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