Las lluvias invierten la situación de sequía y llevan a los pantanos del Júcar a los niveles de 2006

Nadie acepta dar por concluida la sequía, pero lo cierto es que las últimas lluvias han situado los embalses del río Júcar, los más castigados por el déficit de caudales, en niveles muy similares a los del año pasado por estas fechas, lo que en la práctica permitirá disponer, si así lo aprueban las comisiones de desembalse de la Confederación Hidrográfica del Júcar, del mismo volumen de agua para regadío que en 2006 en el que se redujo en un 40% los caudales entregados a los regantes.

No obstante, en el conjunto de la cuenca hidrográfica los embalses se encontraban ayer con 696,38 hectómetros cúbicos (un 20,81% de su capacidad), frente a los 783,62 (23,51%) del pasado año. Quizá por ello una fuente de la CHJ ironizaba afirmando que se había pasado en un par de semanas del estatus de «miserables al de muy pobres». Sin embargo los volumenes de agua embalsada certifican que Alarcón almacena ya 119,55 hm 3 frente a 130,17 del pasado año, Contreras alcanza el nivel del 58,65 hm 3 frente a 65,51 y el de Tous llegaba ayer a 115,68 hm 3 por 117,03 almacenados tal día como hoy, 17 de abril, de 2006.
El déficit, pues, se centra en el río Turia, muy esquimaldo a lo largo del último año para compensar demandas como la de la ciudad de Valencia, que hasta el inicio del ciclo de sequía se atendía mayoritariamente con aguas del Júcar.
Así, al dia de ayer los embalses del sistema Turia ( Arquillo San Blas, Benagéber, Loriguilla y Buseo) se encontraban al 34,68% frente al 54,87% del pasado año.
En los sistemas que afectan a la provincia de Castelló: Palancia, Mijares y Cenia no se esperan problemas pese a que existe todavía una apreciable diferencia respecto al año anterior, con el 37,71% de agua embalsada respecto a la capacidad total frente al 40,18%.
Sin embargo, en la CHJ se espera que los caudales fluyentes que circulan por los ríos como consecuencia de las lluvias equiparen definitivamente el nivel de agua embalsada en apenas una semana o dos a lo sumo, antes incluso de que haya necesidad de desembalsar caudales para inundar el arrozal.
De hecho, el Júcar entregaba en Alarcón 19 metros cúbicos por segundo y 7 en el embalse hidroeléctrico de Uña, aguas arriba, en la Serranía conquense, y llegaba con algo más de 10 metros a Tous. Se trata en todos los casos de caudales muy por encima de los que se registraban el pasado año y que tienen su origen en las escorrentías generadas por las últimas precipitaciones.
También los caudales base del Turia y Mijares se han incrementado hasta superar los 8,1 y los 6 metros cúbicos/segundo a la entrada de los embalses de Benagéber y de Arenós, respectivamente.
Ayer el optimismo era la nota predominante en muchas comunidades de regantes valencianas aunque nadie quiere, por razones obvias, lanzar la campanas al vuelo y apuntan que lo que ocurra en las próximas semanas será «determinante» para el balance final del año hidrológico.
El terreno-apuntan- está saturado de agua y todas las precipitaciones que se registren en cabecera acabarán en forma de escorrentía en los embalses mientras que en las planas litorales la tierra está saturada de humedad y no es necesario liberar agua regulada en los pantanos a excepción de la que requiere la inundación del arrozal.
De momento y para el final de semana los pronósticos apuntan una cierta inestabilidad en forma de lluvias aunque su alcance es, de momento, una incógnita.

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