Los dos nuevos filtros de carbono están en uso desde hace 15 días

El pasado 21 de julio, la alcaldesa de la capital, Carmen Oliver, le hizo una petición formal, y oficial, al director de Aguas del Júcar, Carlos Massa, para que se instalaran «al menos, dos filtros de carbón más en la planta de Tratamiento». Una demanda que planteó a raíz de las múltiples quejas y sugerencias ciudadanas que llegaron al Consistorio capitalino poniendo de manifiesto que seguía el mal olor y sabor del agua que llegaba a los grifos albaceteños, a pesar de que ya había instalados, y en funcionamiento, cinco filtros de carbono en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Albacete capital, que está situada en la carretera de Pozohondo.
La respuesta dada por Aguas del Júcar y, por lo tanto, de la Confederación Hidrográfica del Júcar (de quien depende), ha sido rápida y, según han confirmado fuentes de este organismo estatal a este diario, «los dos nuevos filtros están instalados desde el pasado 25 de agosto».
Esto supone que son ya siete los filtros de carbón activo con los que cuenta la planta de tratamiento albaceteña, la que pone a punto el agua que llega del Júcar y que luego llega al consumo de los albaceteños. A pesar de ello, esas mismas fuentes de la Confederación explicaron que, si bien están todos colocados, «en funcionamiento hay seis y siempre se queda uno de reserva para, por si hiciera falta, utilizarlo también».
Con esta actuación, que lleva en funcionamiento 15 días, se ha cumplido el compromiso que adquiría en julio Massa con la alcaldesa, cuando asumía la petición planteada por Oliver de «mejorar, en la medida de lo posible, el agua que se bebe» con la instalación de los dos nuevos filtros con el objetivo de que pudieran estar colocados «antes de Feria».
La instalación de los cinco primeros se formalizó por estas fechas el año pasado 2008 y las necesidades han hecho que se incremente en dos el número, con una inversión de entre 50.000 y 60.000 euros cada uno, y con la posibilidad de que se colocara alguno más, si hiciera falta, a pesar de que desde la Confederación defienden que «el mal olor o el mal sabor son acontecimientos puntuales».
La inversión que se ha hecho en esta nueva actuación es, según aseguraba en su momento Oliver- perfectamente compatible y aprovechable con la planta de ósmosis», una vez que ésta se construya y esté en funcionamiento. La nueva planta, como informaba en la primera quincena de julio el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, ya tiene las obras adjudicadas y su inicio está pendiente de la finalización de los informes medioambientales que se están llevando a cabo. A partir de ahí, será lo que tarden las obras, decía Moragues, que tienen un plazo de ejecución establecido de 14 o 16 meses.    

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