Rajoy anuncia un pacto nacional del agua que incluya nuevos trasvases si gana las elecciones

El acto de ayer del PP en el Pabellón Príncipe de Asturias, en Murcia, fue una especie de orgía preelectoral. El presidente popular y candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, fue agasajado con una manifestación masiva y entusiasta de cariño, y las más de 5.000 personas que abarrotaron el pabellón escucharon justo lo que querían oír: que Murcia es una tierra ejemplar y que tendrá más agua, un tren de alta velocidad decente y menos impuestos si Rajoy gana las próximas elecciones generales.

El líder del PP comenzó su intervención con una confesión: «Hoy estamos en el mejor momento político desde el año 2000, y no han sido fáciles estos años. Hemos tenido que dar batallas importantes en beneficio de los españoles, hemos defendido una nación de ciudadanos iguales que es España y hemos hecho oposición a las negociaciones con un grupo terrorista».

Rajoy no se hizo de rogar, y a la primera voz de entre el auditorio que clamó «¿Agua!», entró al trapo. «El agua es de todos -dijo-, y puede, debe y va a haber agua para todos». Frente al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de «hacerse el sueco» en esta cuestión, el presidente del PP anunció que promoverá un acuerdo nacional sobre el agua que fije las infraestructuras a realizar.

Dicho acuerdo «sólo puede hacerse bajo la base de que el agua excedente vaya de las cuencas en las que sobra a las que son deficitarias, como la del Segura», precisó Rajoy, que también se comprometió a ejecutar las obras previstas en el Pacto del Agua de Aragón.

Con respecto al tren de alta velocidad, anunció también su propósito, si gana las elecciones de marzo, de «cumplir el acuerdo del año 2001» -suscrito en Murcia por los presidentes de la Región, Madrid, Valencia y Castilla-La Mancha para la construcción del AVE Madrid-Levante- y aseguró que Murcia «tendrá un AVE por Levante y otro por Albacete a través de Cieza».

Sobre otro de los asuntos sensibles para la Región, como es la inmigración, se mostró «a favor de la inmigración legal, con contratos en origen, y en contra de las regularizaciones masivas», al tiempo que defendió para los inmigrantes «los mismos derechos y oportunidades» que los españoles, pero también «iguales deberes y obligaciones».

Más policías

Demostrando conocer la agenda política murciana, Rajoy aludió a la seguridad ciudadana, otro de los asuntos controvertidos en la Comunidad Autónoma, que ha reforzado las policías locales de los municipios al considerar insuficiente la dotación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. «El aumento de la Guardia Civil y de los policías es una obligación del Estado -dijo- y no son las comunidades las que deben gastarse el dinero en eso, a causa de la incompetencia del Ministerio del Interior».

Criticó la reciente ley de Memoria Histórica y los debates autonomistas al indicar que «llevan cuatro años ocupándose del pasado y de los derechos de los territorios, y yo me ocuparé del futuro y del derecho de las personas».

Acusó al Ejecutivo central de «jugar con el dinero del contribuyente», por «gastar más en anuncios publicitarios que en vivienda», y reivindicó cambios en la educación para dar mayor relevancia al inglés y a las nuevas tecnologías. «Para competir -declaró- hay que dedicar más tiempo al inglés, a las nuevas tecnologías y a digitalizar España, no a la educación para la ciudadanía».

El auditorio y el orador establecieron una comunicación fluida durante todo el discurso. El primero le interrumpía con vítores, cánticos o alusiones a algún asunto, y Rajoy se detenía, sonreía y contestaba.

Puso especial énfasis en su oferta de rebaja fiscal. Reiteró que «todos los que ganan menos de 16.000 euros no pagarán impuestos». «Es una acto de justicia», apuntó, cuya viabilidad defendió porque contribuirá a «incrementar la producción y aumentar los puestos de trabajo».

Menos impuestos

Avanzó también la receta fiscal de su programa para que las mujeres trabajadoras lleguen a final de mes, como reza uno de sus eslóganes de precampaña, y las empresas dispongan de más recursos para invertir. «Quiero que las mujeres se sientan fuertes y seguras, independientes con su trabajo, por eso voy a rebajar todos los impuestos a las mujeres trabajadoras», indicó, para, a renglón seguido, anunciar la rebaja del impuesto de sociedades con el fin de que las empresas puedan competir «en igualdad de condiciones» en Europa, en algunos de cuyos países este impuesto es la mitad que en España.

El mensaje de optimismo con el que Rajoy envolvió casi todo su mitin lo cerró con una exaltación patriótica: «Nunca vamos a tener petróleo ni gas, pero España tiene a los españoles, y yo convoco a los españoles para convertir la economía española en una de las más punteras de Europa. ¿Por qué no podemos tener en España el nivel de vida de Alemania, Francia y el Reino Unido?». El himno del PP a todo volumen apenas pudo ahogar la ovación.

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