Unas lluvias casi irrepetibles

«Esta situación nos permite mirar al futuro con optimismo tras unos años muy duros de sequía», dice la directora general del Agua

El año hidrológico cerró con los embalses del Júcar un 60% más llenos que en el 2009 y los del Segura, con más del doble

El año hidrológico (que transcurre entre el 1 de octubre y el 30 de septiembre) que se acaba de cerrar será «difícilmente repetible». Lo reconoce la propia directora-gerente de la Agencia Regional del Agua, Verónica Montero, que destaca la gran cantidad de agua que cayó especialmente a partir del mes de diciembre y que lo ha hecho casi de manera continua, con excepción del mes de julio, hasta cerrar el año hidrológico.

Ha llovido tanto que incluso se han aliviado la sequía extrema que venía afectando a la provincia en los últimos años. De hecho, el año hidrológico recién terminado, comenzó el 1 de octubre de 2009 con un Real Decreto de medidas urgentes para paliar la sequía dada la escasez de lluvias en los últimos años. El agua caída en los meses de diciembre, enero y febrero, hizo que a principios del mes de marzo, el Gobierno decidiera levantar las medidas para paliar la sequía tras la recuperación tanto de los embalses como de los acuíferos.

A falta de datos oficiales que no se presentarán hasta las próximas semanas para realizar un balance del año hidrológico, sí que se pueden consultar los que el Centro Regional de Estudios del Agua (Crea), dependiente de la Universidad, recoge y ofrece a través del Servicio de Asesoramiento Integral al Regante. A través de él se puede comprobar que las lluvias caídas sobre la capital entre el 1 de octubre de 2009 y el 30 de septiembre de 2010 son las más copiosas de los últimos seis años, y el año hidrológico fue el segundo con más lluvias de la última década, sólo superado por el 2003-2004 cuando cayeron 439,40 litros por metro cuadrado, apenas diez más que este año. Especialmente lluviosos fueron diciembre (casi 53 litros por metro cuadrado), enero (casi 49) y febrero (57,50), pero, salvo en julio (cuando sólo cayeron 0,10 litros por metro cuadrado), en todos los meses se registraron abundantes precipitaciones. Con ello, en todo el periodo se alcanzaron 429,6 litros por metro cuadrado, un 12% más que el ejercicio anterior (que ya fue mejor que la media) y muy superior a los 218 que cayeron en el ejercicio 04-05, y desde entonces apenas se alcanzaron los 300 litros por metro cuadrado.

Las cifras fueron muy superiores en todas las estaciones de control, salvo en Almansa que recogió 359 frente a los 400 del año anterior. En Hellín se pasó de 401 a 476, y Villarrobledo registró las mejores cifras con 622 litros por metro cuadrado por los apenas 287 de un año antes.

Las cuencas

Todo ello ha hecho que la cuenca del Júcar haya cerrado el año hidrológico con los pantanos 47,8% de su capacidad, cuando hace apenas un año estaban al 30% lo que implica un incremento del agua embalsada del 60%.

Más espectaculares han sido los datos de la cuenca del Segura, que hace apenas tres años se situaba en el 8% de su capacidad y ha cerrado el año hidrológico en el 57%, cuando hace apenas doce meses se situaba en el 26%.

Ello supone un incremento de agua embalsada en la cuenca del Segura del 120%. Las lluvias, y especialmente las nieves que cayeron durante los meses de diciembre y de febrero, sirvieron para llenar embalses y recargar acuíferos. Y es que el volumen de agua embalsada es un 46% superior a la media de los últimos diez años.

Restricciones

«Esta situación nos permite mirar al futuro con optimismo tras unos años muy duros de sequía con restricciones muy importantes para todos los usuarios», admite la directora-gerente de la Agencia Regional del Agua. A su juicio es ahora, «cuando hay agua», cuando se deben tomar las medidas de gestión oportunas de ahorro y eficiencia, «porque cuando estamos sin agua es muy difícil que apliquemos ninguna medida eficaz, porque lo que hay que hacer es atender las necesidades prioritarias y poco más». Calificó de «extraordinario» el año hidrológico con un «abundante» régimen de lluvias que ha permitido atender «con garantías suficientes» todas las necesidades existentes, «pero es muy difícil que vuelva a repetirse».

Serán las Confederaciones las que establezcan qué tipo de medidas se tomarán para mejorar ese ahorro de agua «pero también es muy importante desde el punto de vista de los usuarios para que apliquen medidas de modernización, de optimización de los recursos y de ahorro, y todo eso con el control de las Confederaciones, pero todos debemos poner de nuestra parte».

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