Cañete, dispuesto a negociar más caudal ecológico para el delta del Ebro

El Gobierno afronta la corriente de protestas suscitadas en Catalunya contra el nuevo plan hidrológico del Ebro. Lo hace ante las críticas de amplios sectores sociales, para quienes el caudal ecológico fijado en el plan para el tramo final del río es tan insuficiente que amenaza la supervivencia del delta.

De ahí que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente se muestre dispuesto a revisar los caudales para que llegue más agua al final del recorrido de un río que comparten diversas comunidades. El debate se activará en el marco de la discusión para actualizar el plan hidrológico del Ebro, que debe revisarse el año próximo.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha expresado a este diario la disposición del Ministerio a iniciar de forma inmediata esta revisión; y, aunque está convencido de que el volumen acordado ahora en el documento aprobado este viernes en el Consejo de Ministros es suficiente, se muestra abierto a dialogar para evitar una «guerra de agua». El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha asegurado este lunes que el plan hidrológico del Ebro mejora en un 10% el caudal ecológico para Catalunya y ha confirmado que está abierto al «diálogo» con todas las comunidades.

Para abordar esta revisión se va a crear un grupo de trabajo específico «para prestar especial atención al Delta y sus necesidades» en el que se dará entrada a la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE), que ya ha anunciado una primera gran manifestación en el Delta este marzo, y también a la Generalitat, que amenaza con denunciar el plan del Gobierno ante la Unión Europea.

Ramos intenta calmar las aguas tras las críticas del Gobierno catalán y de la Plataforma. «No estaremos quietos con cara de buenos chicos, en las dos reuniones que tuvimos en noviembre el secretario de Estado de Medio Ambiente ya nos dejó claro que ni se reducirían las hectáreas de regadío ni se incrementarían los caudales, los dos elementos fundamentales, pero ahora tienen miedo del ruido que podamos hacer», sostiene Susanna Abella, su portavoz.

Amplios sectores sostienen que la sobreexplotación del río aguas arriba (450.000 ha de nuevos regadíos y más de una treintena de embalses) pone en peligro el Delta. Los caudales que queden para el tramo final de río, sostienen desde estos sectores, serían tan escasos que se agravarían sus problemas ecológicos que ya padece el delta: falta de sedimentos, regresión costera, salinización del río, subida del nivel del mar.

La Plataforma teme además un trasvase del Ebro a medio plazo, cuando se elabore el pacto nacional del agua y se pongan encima de la mesa las necesidades hídricas del resto de territorios.

La planificación hidrológica en España debía ser aprobada antes del 2009 (según exige la UE) pero ha sufrido numerosos retrasos, que el gobierno intenta corregir. E el caso del plan del Ebro la demora es de más de cuatro años, con lo que el documento ve la luz cuando toca su revisión, que debe efectuarse antes de acabar el 2015, según establece la directiva europea de aguas.

«Ya hemos avisado a la Generalitat y a la Plataforma del Ebro que no se preocupen, puesto que la revisión del plan la vamos a hacer de manera inmediata. Que haya aspiraciones de que sean mayores los caudales ecológicos del Delta y del Ebro en general, por sus consecuencias en el Delta, es algo que nos parece bien», señala Ramos. A los líderes del movimiento social antitrasvasista les suena la música y también la letra, pero se muestran escépticos. «Ramos ya nos dijo que en la revisión se intentarían hacer las cosas bien», recuerda Abella (PDE). «Tras la aprobación del plan se inicia un proceso de revisión de planes de forma inmediata», añade con tono contemporizador.

«Somos los primeros interesados en tener el Ebro en buen estado», añade. El secretario de Estado destaca que el plan hidrológico aprobado ha elevado un 10% la reserva de caudales en Tortosa respecto al plan vigente (hasta situarla en 3.300 hm3 anuales). Admite que la cifra está lejos de las demandas de las instituciones catalanas (entre 7.000 y 12.000 hm3 al año), pero recalca que «los cálculos están bien hechos, son razonables y están bien fundamentados». «Hemos hecho una revisión de los registros históricos y no hay precedentes» para atender la reserva de agua que se solicita desde el delta.

«Nos parece que esos 3.300 hm3 deben ser suficientes; pero si no lo son, se hará la revisión», explica, convencido de que «siempre es posible mejorar el cálculo del caudal ecológico» y que es posible acercarse a un acuerdo.

Mientras tanto, el conseller de la Presidència y portavoz del Govern, Francesc Homs, explicó ayer que tras la reunión del Consell Executiu del próximo martes se anunciarán las «medidas y la actuación política e institucional» que se adoptará contra el Plan. La Plataforma en Defensa del Ebro ha empezado a estudiar al detalle el texto publicado ayer en el BOE del nuevo plan de cuenca; también han empezado los contactos para poner en marcha la maquinaria de la movilización, imprescindible para garantizar el éxito de una manifestación multitudinaria que presione al Gobierno, mirando de reojo a Bruselas.

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