Los embalses de la CHJ alcanzan los 1.737 hm3, 622,9 más que en 2010

Los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) cuentan actualmente con una reserva de 1.737,90 hectómetros cúbicos, el 51,93 por ciento de su capacidad, lo que representa un aumento de 622,9 respecto al pasado año.

Según explica la Confederación en un comunicado, la lluvia caída durante el 2010 ha sido muy beneficiosa, ya que se ha concentrado principalmente en las cabeceras de los ríos Júcar y Turia, lo que ha cambiado la tendencia de los últimos años en los que las precipitaciones se producían mayoritariamente en la costa.

La precipitación media del año 2010, en el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Júcar, ha sido de 543,5 litros por metro cuadrado, lo que le sitúa en el cuarto más lluvioso desde que se tienen registros.

Por sistemas, en el Júcar la precipitación media ha sido de 591,8 litros por metros cuadrados, y las reservas se sitúan en 1168 hectómetros cúbicos lo que representa el mejor dato desde el año 1982, a fecha de enero.

En el Sistema Turia, la precipitación media ha sido de 527,5 litros por metros cuadrado y las reservas se sitúan en 232 hectómetros cúbicos, lo que representa el mejor dato desde el año 1992 (exceptuando el 2005), a fecha de enero.

En el de Mijares, la precipitación media ha sido de 495,5 litros por metro cuadrado y los embalses tienen almacenado 85 hectómetros cúbicos, lo que le sitúa por encima de la media de los últimos diez años (81,8 hm3).

En el de Marina Baja la precipitación media ha sido de 478,9 litros por metro cuadrado, y las reservas se sitúan en 14 hectómetros cúbicos, lo que le sitúa por encima de la media de los últimos 20 años (11,5 hm3).

En Alarcón se han incrementado las reservas en 367,8 hectómetros cúbicos en relación al año pasado; en el de Contreras el incremento de reservas ha sido también «importante», y a fecha de hoy tiene 204,7 hectómetros cúbicos más de lo que tenía el año pasado a la misma fecha.

La actual reserva de agua en el conjunto de los embalses permite atender todas las demandas tanto para riegos como para abastecimientos, programando, no obstante, la gestión en un contexto de ahorro y uso racional del agua y pensando en las sequías que puedan producirse en el futuro, subraya la Confederación.

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