Los regantes, en contra del plan del Júcar por dejar sin agua 40.000 hectáreas

Tras la paralización del Estatuto de Castilla-La Mancha, muchos decían que la guerra se trasladaría a la redacción del nuevo plan del Júcar. Razón no les faltaba. Las comunidades de regantes que se abastecen de este río, dieron ayer cuenta a la Generalitat de las alegaciones que presentarán al Ministerio de Medio Ambiente del Esquema de Temas Importantes (ETI), documento que puede considerarse borrador del plan definitivo.

El presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana, Benjamín Aparicio, aseguró que el ETI ha olvidado incluir 40.000 hectáreas de regadío que hoy en día tienen derecho a agua. Están situadas en la comarca del Vinalopó y en el canal Júcar- Turia y deja a la   Comunitat con 261.000 hectáreas con derecho a recibir agua del Júcar. El vicepresidente tercero y conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, confía en que sea un error técnico, porque, de lo contrario, el Gobierno central permitiría que buena parte de la tierra que hoy se cultiva, se convirtiera en un desierto.

Otra de las alegaciones fundamentales de los regantes es la explotación del acuífero de la Mancha Oriental. Afirman que el ETI no contempla un plan de explotación de estas aguas subterráneas, por lo que consideran que el Ministerio de Medio Ambiente no quiere poner orden en este acuífero. Regantes y también asociaciones ecologistas han denunciado en muchas ocasiones que el abuso que se realiza de este acuífero, provoca que el río tenga que aportar agua al mismo, en lugar de al revés, como ocurría en la situación original. Los regantes presumen que hay extracciones incontroladas, por lo que piden que se realice un plan de control o, de lo contrario, solicitarán que se declare sobreexplotado el acuífero. Esto supondría la prohibición total de cualquier extracción, así como la de las actividades que se desarrollan en la superficie.

También echan en falta un balance de las demandas y usos actuales y futuros por cada sistema de explotación y las restricciones derivadas del establecimiento de los caudales ambientales. Del mismo modo, el ETI no recoge las necesidades de los humedales.

Este diario intentó ayer, sin éxito, conocer la versión de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

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