Palop: «La política urbanística del Consell perjudica a la agricultura valenciana»

El director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, censura la política urbanística del Consell de Francisco Camps y afirma que su apuesta en favor del desarrollo urbanístico en la Comunidad Valenciana, perjudica a la agricultura a la hora de asignar al campo valenciano una prioridad en los recursos hídricos. En ese sentido, Jaime Palop, dice que el Consell carace de política agraria y pide que exista una mayor colaboración entre la administración autronómica y el Ministerio de Medio Ambiente, para adecuar las nuevas actuaciones urbanísticas a la dotación de agua.

Pregunta.- Recientemente ha clausurado en Sevilla en Foro Internacional de la Sequía. ¿Que conclusiones ha extraído de dicho evento?

Respuesta.- La principal conclusión que la sequía es una cuestión mundial, que afecta a todas las latitudes, casi todos los países tienen problemas de sequía. Tanto Australía, Sudáfrica, California, Reino Unido, Francia, España, Marruecos… padecen sequías. Éste es un fenómeno mundial en cuanto a extensión. ¿Los daños? Es el fenónmeno catastrófico que más muertes causa anualmente. mucho más que los terremotos. maremotos o tifones. Y afecta, de una forma dramática, al tercer mundo, a los países en vías de desarrollo, generando uno daños letales en la salud. Pero, además, la sequía es un fenómeno natural con el que hemos de convivir y que la única forma de gestiornarla es con un planificación adecuada. Otra de las conclusiones extraídas de este foro, es que todos nos debemos sentir responsables, gestores, organismos oficiales, instituciones.

P.- España es el país de Europa con más riesgo de desertización, según un informe de la WWF/ADENA, que ha indicado que existe un 30 por ciento de superficie española en serios riesgos de disponibilidad de agua. En ese sentido, autonomías como Murcia, la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha. ¿Todavía presentan problemas de reservas de agua?

R.- El arco mediterráneo tiene problemas de reservas de agua y en situaciones de sequía es vulnerable. Pero, por citar un ejemplo, también en la cornisa cantábrica que llueve tanto, en verano tiene una población flotante muy grande, pues si no llueve en diez días entra en restricciones. Es evidente que de Algeciras hasta Barcelona, es la zona con más carestía de agua y a esa zona cabe añadir el territorio de Castilla-La Mancha, que es otra comunidad autónoma con serios problemas.

P.- ¿Cuáles son la causas?

R.- El arco mediterráneo tiene problemas de reservas de agua y en situaciones de sequía es vulnerable. Pero, por citar un ejemplo, también en la cornisa cantábrica que llueve tanto, en verano tiene una población flotante muy grande, pues si no llueve en diez días, pues entra en restricciones. Es evidente que de Algeciras hasta Barcelona, es la zona con más carestía de agua y a esa zona cabe añadir el territorio de Castilla-La Mancha, que es otra comunidad autónoma con serios problemas.

P.- ¿Cuáles son?

R.- El principal problema es una cuestión de desajuste entre las necesidades a atender y la disponibilidad de agua. Por ejemplo, el crecimiento del litoral de la población, primero hay que disponer de agua y luego desarrollar un modelo urbanístico que pueda garantizar el abastecimiento de agua para dicha población. No se puede diseñar una gran zona regable sin tener agua disponible. Esas cuestiones que parecen obvias, pues en la práctica no se aplican…

P.- En función de su análisis el turismo y el agua, ¿son compatibles?

R.- Turismo y agua, como agricultura y agua, son compatibles. Lo único que pasa es que han de conjugar bajo una planificación adecuada y siempre bajo la supervisión del Estado y de las administraciones públicas. El crecimiento desordenado genera conflictos. P.- ¿En qué territorios de España se han generado esos desórdenes? R.- En cuanto a demandas, tenemos un serio problema en la Mancomunidad de los canales del Taibilla, en donde en el año 2003, se cogieron 40 hectómetros que correspondían a los regantes del post-trasvase y se tuvieron que aplicar para dar de beber a toda la población atendida por la Mancomunidad. Esta deuda la estamos empezando a reponer ahora, precisamente con la entrada en funcionamiento de las plantas desaladoras. En cuanto a la agricultura, pues toda la que se ha hecho sacando agua subterránea por encima de las posibilidades, pues han generado un déficit en el sistema. En el alto Guadiana así como toda la zona de Murcia y Alicante con extracciones abusivas de agua de acuífero, pues ha dado como resultado un consumo superior a la disponibilidad lo que ha originado una situación de fragilidad y debilidad, que se nota más cuando entramos en un periodo seco.

P.- Usted habla de organizar y planificar el desarrollo urbanístico, en la Comunidad Valenciana en donde la agricultura y el turismo desempeñan una enorme influencia en la economía, ¿cómo se debería regular dicha planificación a la que usted hace mención?

R.- Debería existir una colaboración franca y sincera entre la administración competente en el desarrollo agrícola y el urbano y la administración que gestiona el agua. El hecho de que se esté autorizando tanta urbanización sin contar con una disponibilidad de agua, en realidad lo que se está haciendo es penalizar a la agricultura, porque a nadie se le escapa que una actuación urbanística exige un consumo de agua nuevo y que tendrá prioridad frente al regadío. Por tanto con esta política urbanística se está penalizando al regadío, es decir, penaliza a la agricultura. ¿Qué es lo que pretende el ministerio? Poner un poco de racionalidad y que se hable claro. Cuando existe un nuevo proyecto urbanístico, lo que exige el ministerio es que se diga de dónde se va a tomar el agua y que la Comunidad autónoma diga que se le va a quitar al regadío y que lo haga sin tapujos.

P.- En su opinión, ¿la actual política urbanística del Consell penaliza la agricultura?

R.- Totalmente. Es que yo no creo que el Consell tenga ninguna política agrícola, el hecho de que los cítricos estén sin recogerse en los campos pone de manifiesto que la política agraria valenciana está en el vacío y la consagración de la apuesta del Consell por potenciar el urbanismo y el turismo frente al campo queda patente en la asignación de recursos. Más gente para beber, menos agua para la agricultura.

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